Siempre que queremos identificar una calle, normalmente lo hacemos por el nombre popular que con el tiempo se le ha ido dando. Éste, en algunos casos nos llega totalmente deformado. Como es, el llamar, Cuesta Ubeos, a la que debiéramos nombrar Cuesta del Arzobispo Don Álvaro de Oviedo.

Existen calles que se les pone otro nombre, por el cual las identificamos mejor; primero ya sea por la situación que ocupa en el pueblo o ciudad, como lo es: la Calle baja, la calle del medio, la calle alta; Segundo, porque allí vivía alguien famoso, como lo es: Calle Carrera de Madre Carmen,  o porque se hacía cualquier tipo de evento. En este caso la Calle del Toril, lugar donde se utilizaba de toriles cuando la plaza de toros estaba situada en la actual Plaza de Abastos.

Es como si le pusiéramos un mote o apodo. Pero no queda ahí este importante recordatorio, y siguiendo con el tema de las calles, también debemos saber la deformación que tomaron las calles cuando las identificamos por los accesos de entrada o salida del pueblo. Así es la calle, con el nombre oficial: General Ovelar  y Cid, por el nombre, calle Lucena. Y por Infante Don Fernando el de Antequera, a la Calle Estepa. Y termino diciendo. “Las calles son caminos de comunicación”.

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