Manuel Hidalgo

Yo me apunto, yo se coger espárragos, le dije a mis amigos poniéndome moños inciertos y recordando aquellos días, cuando era pequeño, que no cogía ninguno así me los pusieran en un plato delante.

Pero de aquellos días hasta hoy, la cosa ha cambiado. No he ido mucho más desde entonces pero será mas fácil creo, los años habrán servido para algo ¿Entonces vamos este domingo? Me preguntaron los demás. Sí, les dije, por lo tanto hasta el domingo.

Yo sabía que no era experto pero total no hay que ser muy listo para verlos. Una vez que nos pusimos de acuerdo donde íbamos a ir, partimos todos con mucha ilusión. Ya en el sitio empezamos a dispersarnos. Yo cogí una vereda y mira, no veía ni un esparrago por eso decía: pero esto que es, pero si está todo pelado. A lo lejos miraba a los compañeros que no  paraban de cortar, será posible, que yo no viese ninguno, con deciros que no vi ni una esparraguera y que hago ahora me dije. Vaya irritación. A esto que veo que se acerca un señor que me dijo pero como vas a cogerlos si vienes detrás mía. Y ahora que hago yo.

La risa fue tremenda cuando me vieron aparecer con tres o cuatro espárragos que me dio el hombre y un montón de abulagas, para disimular y que hiciera bulto.