La mayoría de los libros de entrenamiento deportivo suelen tener los conocimientos de los grandes doctores y grandes entrenadores, pero a la hora de llevarlos a la práctica te das cuenta que te faltan más datos para completar la efectividad en un ejercicio. Tenemos que ser conscientes que cuando trabajamos con personas, las estadísticas y las fórmulas de estos libros son aproximaciones que no debemos seguir a rajatabla sino ir estudiando día a día a estas personas y a veces tirar de ensayo y error.

La experiencia y la lógica te dan estos datos, por ejemplo; en un ejercicio que requiere tener una mano encima de la otra, hace que el cuerpo esté colocado asimétrico con lo que deberemos cambiar la posición de las manos a mitad de las repeticiones requeridas o en cada serie si son pares para compensar y equilibrar todas las partes que involucra este ejercicio. Otro ejemplo es si un ejercicio individual de brazo lo empezamos con el más fuerte con una gran carga puede que el brazo más débil no consiga realizar el mismo trabajo, por este motivo el brazo con el que se empezará será el débil y así el mismo número de repeticiones que saquemos lo tendrá que realizar el brazo fuerte aunque pueda sacar muchas más. Tengo muchas anécdotas pero una de ellas fue un chico con el brazo amputado y en otros gimnasios le aconsejaban un centro especializado, lo acepté y lo entrené. Su compañero de entrenamiento lo ayudaba a realizar los ejercicios y consiguió buenos resultados. Ya veis que la experiencia te da unos conocimientos que a veces complementan a los libros.

David Martín Portillo
Entrenador nacional
Por el Consejo Superior de Deportes

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