Está situado al oeste de la provincia, en el Valle del Genal, siendo una de las poblaciones que conforman la comarca de la Serranía de Ronda

Dentro de su término municipal, en los llamados Reales Chicos, se han hallado molinillos de mano (para metales), pertenecientes a las culturas fenicia y helénica. Aquí hubo, en otro tiempo, valiosas minas de oro y de plata, hoy esquilmadas. El nombre actual proviene del árabe Genna-Alwacir que quiere decir Jardines del Visir.

Tras la llegada de los Reyes Católicos, la población musulmana siguió residiendo en esta villa, aunque dicha convivencia se rompió a mediados del siglo XVI, tras una sangrienta rebelion. Después de la expulsión de los musulmanes, Genalguacil fue repoblado con cristianos venidos de otras zonas cercanas. Ya en el año 1856, la villa fue entregada en señorío al duque de Arcos, hasta que una ley suprimió estos privilegios medievales.

El principal atractivo de este pueblo es que es un «pueblo museo». Cada dos años, artistas de todas partes se reúnen aquí para, durante una semana, hacer distintas piezas de arte que luego dejarán expuestas de manera permanente en las calles del pueblo. Genalguacil es, pues, un museo al aire libre, y caminando por sus callejuelas empedradas uno se encuentra pinturas en las paredes, esculturas, troncos tallados…; que se integran con el entorno. Otro de los atractivos de Genalguacil son unos alrededores de alto valor ecológico, donde abunda el pinsapo.

En Genalguacil se producen artesanalmente artículos de anea y corcho, canastos de varetas de oliva y caña y esencias naturales.

Son muy conocidas y demandadas las sopas de tomate y gazpacho caliente, los revueltos de ajetes y setas y el salmorejo de carne, así como las chacinas.

Genalguacil cuenta con un amplio calendario de fiestas a lo largo de todo el año que se inicia el 2 de febrero con la Candelaria. Posteriormente, el 29 de abril tiene lugar la Feria en honor del patrón, San Pedro Mártir de Verona. Como es costumbre, cuando pasa el santo por las calles se le arroja arroz desde los balcones al tiempo que se lanzan cohetes.

Durante la Semana Santa uno de sus momentos más significativos es el Domingo de Resurrección, con la celebración del Huerto del Niño, en la que la tradición del trabajo agrícola se une a la devoción por la resurrección de Cristo, que se hace visible en el encuentro entre la Virgen y el Niño Jesús. Es un acto muy emotivo en el que existe una gran participación popular.

Con la llegada del verano, también es tradicional la celebración de lo que se llama el primer baño de la temporada, en el que los vecinos bajan hasta el río Genal para darse un chapuzón y pasar el día entre amigos. El tostón de castañas en noviembre y las comparsas en navidad cierran el calendario festivo.

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