Gratitud hacia un vecino

Nunca dice que no, por mucho que tenga que hacer o por pocas ganas que tenga después del trabajo, él nunca dice que no. Y lo hago extensible a su señora, persona agradable como la que más, así también, sincera y humilde. Siempre que necesitamos, de su presencia o ayuda está dispuesta. Tan servicial como responsable, y tan maravillosa como sencilla, ella camina por la vida con la cabeza muy alta  Y rompe todos los esquemas habidos y por haber en cuanto a la amabilidad y a servir a los demás. Se caracteriza por su gran sonrisa. Ella nunca dice que no.

Pero volvamos al principio, para hablar de mi vecino. Don Juan Manuel, hombre capaz en cuanto al trabajo, seguro a la hora de asumir responsabilidad.  Su deseo es vivir en un mundo de realidades, por eso le gusta saber el por qué de las cosas. Agradable, sencillo y justo. Solo se altera cuando el ordenador le juega malas pasada, al cambiarle o modificarle las paginas de su correo electrónico. Ante las dificultades que le muestra la vida las asume plenamente y con respeto. Y por supuesto, nunca, nunca obtendrás de él un no por respuesta.  Y yo desde aquí, desde mi rincón de escritor les doy a Juan Manuel y María del Carmen muchas gracias por ayudar a los demás y por ser como sois.

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