Imagen de una ciudad destruida por la guerra

Todo comienza cuando, las personas, a causa de rozarse con el mal o simplemente dialogando con él, van tomando caminos paralelos que les llevan a ser cada día peor. Y me da pena, ¿Por qué se perdió la inocencia?, ¿por qué no podemos conservar la pureza que teníamos de pequeños? No lo entiendo, no puedo entenderlo.

Y es que la evolución que está tomando la humanidad, cuya misión más importante es la destrucción de cualquiera que intente acercarse a ella, que sin motivo alguno, nos invita a ser cada día menos responsable.

Si ponemos en una balanza algo que tuviese el suficiente peso, a favor del bien, sin duda este sería el amor, pero es insignificante para el aterrador odio. Con la vida de las personas no debemos jugar y para ello sería injusto acercarlas al mundo de la indiferencia, de la soledad, de la maldad, o de la destrucción. Sería como si echásemos leña al fuego y no conseguiríamos más que hundirnos en la soledad.

Que gran error es el creer que todo se puede arreglar con el maldito dinero. Pues que se sepa que nunca compraremos amor con odio, ni calor con soledad, ni el bien con el mal. Nunca se conseguirá. Y por todo el mal que nos aceche nunca servirá para destruirnos. Todo comienza cuando las personas dejan de serlo.

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