El Nazareno de la Sangre por la calle Carrera.

La cofradía de los Estudiantes de Antequera no tuvo que mirar este año al cielo para procesionar a sus sagrados titulares por las calles de la ciudad de los Dólmenes en el Lunes Santo. Fue una jornada marcada por muchos gestos y momentos especiales. Y es que la hermandad modificó su itinerario para pasar por las puertas del Convento de la Victoria, lugar en el que se encuentran los restos de Madre Carmen del Niño Jesús, pues en el próximo mes de mayo se cumplirán diez años de su beatificación.

Previamente, la iglesia de San Francisco acogió la salida de los hermanacos ataviados con el uniforme habitual: traje y corbata negra, camisa blanca y banda verde. Un año especial sobre todo para el hermano mayor de la cofradía, Francisco Ramón Gómez, que finaliza este 2017 su labor al frente de la misma.

Abriendo el cortejo procesional, como cada Semana Santa, el trono de Nuestro Padre Jesús Nazareno de la Sangre, se mecía ante la mirada de los devotos, estrenando nuevo suelo, cuyas bases se habían dorado en oro fino por el antequerano Miguel Bueno Valenzuela. Asimismo, el trono lució cuatro nuevas ánforas. Por su parte, el ecuador de la procesión lo ocupó el Santo Cristo Verde, una talla de Jerónimo Quijano de 1543.

La Virgen de la Vera Cruz cerraba la procesión, cuyo trono continúa con una destacada renovación. Para este 2017 ya luce finalizada la maquilla superior y cuatro escudos tallados en la misma por parte de Alexis Sánchez de Sevilla. El trono también estrenó el dorado de los candelabros, una obra de Emilio López Olmedo.

Uno de los momentos más esperados por los miles de devotos que salieron a las calles de Antequera fuel el paso de los tronos por la calle Duranes. En esta vía, los hermanacos mecieron, como ya es tradición, las imágenes al son de las marchas procesionales, sucediéndose los aplausos y las lluvias de pétalos.

La procesión llegaba a su templo pasada la medianoche, lugar en el que se produjo el último encuentro en el que el Nazareno de la Sangre realizó un giro casi imposible en el interior de la iglesia para después mirar de cara al trono de Nuestra Señora de la Vera Cruz.

Al son de la música de la Banda de Cornetas y Tambores y la Banda de Música Veracruz de Almogía y la Banda de Música de Municipal de Casabermeja se puso fin al Lunes Santo estudiantil en Antequera, en el que no hubo que mirar al cielo pero que estuvo cargado de emoción y homenajes.

Virgen de la Vera Cruz.

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