Toda una catarsis para los vecinos de Antequera y comarca que se ahogan en el vaso de agua de problemas mundanos. Así, Manoli González, ciega desde la adolescencia es emblema de que con afán de superación se pueden superar las barreras
que a veces impone la naturaleza, como el caso de padecer un glaucoma congénito que le causó ceguera progresiva hasta la totalidad. Actualmente es fisiterapeuta del área sanitaria Norte de Málaga y ejerce en el hospital comarcal de Antequera donde lleva 25 años trabajando con plaza propia. Hace unos días recibió el premio Mujer 2016 de la Diputación de Málaga que se entregan con motivo del día de la mujer.

Antequerana de nacimiento se crió en el seno de una familia trabajadora en el entorno de la fábrica de harina de la ribera de La Villa. Estudió en el extinto colegio de San Luis donde no fue fácil avanzar en el plan de estudios de EGB con alumnos sin ningún tipo de discapacidad a pesar de su enfermedad congénita que le afecta a la presión sanguínea del ojo. Recuerda una infancia de viajes a Madrid donde era atendida por especialistas y estudió la Secundaria en centros especializados. Recuerda cómo para ver la pizarra tenía que acercarse a escasos centímetros y cómo perdió más de una goma de borrar que no podía recuperar si se le caía al suelo como consecuencia de sus problemas de visión. 
Practica ciclismo, natación y tiene en el teatro una de sus principales aficiones. Practicando tándem conoció a su actual marido. Actualmente ocupa plaza de fisioterapeuta que logró por méritos propios porque quienes la conocen sabe que no tolera que tengan compasión de ella o le pasen la mano. 
Con Manoli González conoceremos de primera mano cómo es cruzar el centro de Antequera superando barreraras arquitectónicas y a veces sociales con las que se encuentra cuando por ejemplo visita un restaurante con su perro guía y tiene dificultades para que le dejen entrar.