Un año más, Antequera pudo disfrutar de su Patrón recorriendo las calles de la ciudad. El Santísimo Cristo de la Salud y de las Aguas salió de la Iglesia de San Juan alrededor de las 19:00 horas para, durante unas horas, “pasear” por las calles acompañado de miles de devotos venidos de todas partes.

La Banda de Música de las Angustias de Campillos, abriendo el cuerpo procesional, fue la encargada de poner sonido y el compás a los hermanacos que llevan esta imagen en su recorrido.

Tanto delante, al lado, como detrás del Cristo, han sido cientos de personas las que lo acompañaron, con sus sirios en mano, para un año más pasar unas horas con él mientras se cumplen sus promesas o las piden. A lo largo del recorrido, tanto niños, como jóvenes, como personas mayores se emocionaban al ver relucir a su Patrón en día grande, en un día soleado.

El itinerario que siguió hasta volver a su Iglesia de San Juan fue:Virgen de Espera; Niña de Antequera; Plaza del Carmen, donde saludaba la Cofradía de la Soledad; Cuesta de los Rojas; Plaza de las Descalzas; Calzada; Diego Ponce; Cantareros; San Luis; Infante Don Fernando, haciendo parada en el Santuario Patronal de Los Remedios y la Iglesia de San Agustin; templo sede de la Cofradía de la Pollinica; Plaza de San Sebastián donde también esperó el Arcipreste de la ciudad y los miembros de la Cofradía del Mayor Dolor; tras esto subió por el casco histórico de Antequera a través de Cuesta Zapateros; Viento, parando en la citarilla para saludar a la Archicofradía del Rosario y la Archicofradía de Abajo; continuó subiendo por Caldereros para llegar a la Plaza del Portichuelo y saludó a los miembros de la Archicofradía del Socorro en la Iglesia de Santa María de Jesús, parra volver a su templo.

En el trayecto, el Cristo ha sido recibido por petaladas, que son la mejor manera de realizar una ofrenda a la Imagen. A la salida, Antequera sabía que llegaba la hora, porque unos cohetes lo anunciaban.

 

 

El final de la procesión se vió ensombrado por el fuerte viento que azotaba sobre la ciudad de los Dólmenes. De esta forma, la Hermandad decidió no llevar a cabo la ofrenda de bengalas durante el encierro y acelerar el mismo para que no tuviera lugar ningún incidente.

Este año, el Cristo contaba como novedad sus candelabros restaurados por los talleres lucentinos de Gradit.

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