Cuando lo más
interesante de una película consiste en ver a un actor encasillado en un género
realizar un papel distinto a casi todo lo que ha hecho antes, es que algo va
mal. En el caso de Golpe de Estado, el mayor interés es ver a Owen Wilson,
eterno actor cómico, metido en un papel dramático y serio… Y no hay mucho más
que rascar.

La película es
básicamente una cinta de acción a la antigua usanza, cuyo limitado argumento
nos cuenta cómo un grupo de salvajes persigue a un objetivo desarmado e
inocente con la intención de matarlo (y aunque pueda parecerlo, os prometo que
la trama no transcurre en Tordesillas). Ya hemos visto cosas muy parecidas en
títulos como Jungla de Cristal, cuya mayor virtud era la de mostrar a un
personaje vulnerable que es superado en número por el enemigo, lo que le
obligaba a usar todo su ingenio para sobrevivir. Claro que hay una diferencia
enorme entre Jungla de Cristal y Golpe de Estado: la primera es buena y la
segunda no.
En lo único
que destaca es en que, en momentos muy puntuales, se vuelve bastante tensa y
dramática. Gracias a que se empatiza con los protagonistas, esos momentos
resultan moderadamente angustiosos…. Y punto, no hay más que buscar aquí; ni
la estética, ni las escenas de acción, ni el trabajo del director son
mínimamente destacables ni interesantes. El guión resulta predecible y
políticamente correcto a más no poder, sabiéndose prácticamente desde el
principio lo que va a ocurrir. Y ojo, este último punto no sería negativo de no
ser por todo lo anterior que he comentado. Si se va a hacer una película
predecible, al menos hay que asegurarse de que todo lo demás sea, como mínimo,
notable.
En resumen:
entretenida pero muy intrascendente, genérica y estándar. Dentro de una semana
no recordaré ni el argumento.
TRAILER

https://www.youtube.com/watch?v=DOjj07EuO50