A veces, no siempre, menos mal, las personas nos equivocamos, y de qué manera, cuando decimos de esta agua no beberé, sin habernos parado a pensar, que aunque cada uno de nosotros tiene sus creencias y sus principios y por lo tanto lo dan por ciertos o verdaderos, finalmente resulta que no siempre lo son.
Ahora bien, cuando haya ciertas teorías que damos por buenas y no lo son, deberíamos ser los primeros en rectificar y no que por nuestro ego, ocultamos la verdad, nos callamos y dejamos por cierto lo incierto.
Tendríamos el deber de ser conscientes del error que cometemos, y por poco que sea, puede ser suficiente para dañar a otras personas.
Supongamos, si puede llegar a ser grave una equivocación, que por poco que sea, puede ocasionar un daño más grave de lo que parece. Por ejemplo, si circulamos por la ciudad con un coche, y lo hacemos sin darnos cuenta por dirección prohibida, podemos llegar a ocasionar grandes daños.
Por eso y para terminar, nunca debemos decir de esta agua no beberé.