El Banco de España acaba de avisarnos a todos de que vayamos corriendo a contratar un plan de pensiones privado, porque la que llevamos pagando toda la vida, la pensión estatal, va a ir para abajo que se las pela. Eso dice. Jubilarse deriva de júbilo. Por ahora.

Luis Linde, que así se llama el gobernador del Banco de España, se subió el sueldo el año pasado un cinco por ciento, llegando casi a 175.000 euros brutos anuales, más del doble que el presidente del Gobierno. Linde es un gran defensor de la moderación salarial y de la Reforma Laboral. Pero a estas alturas no nos vamos a asustar: cualquier directivo de los organismos económicos europeos está cortado por el mismo patrón.

Esta mañana he visto en la tele cómo Luis Linde justificaba que en el futuro inmediato las pensiones bajen. Es muy sencillo: los españoles se pasan la vida pagando la hipoteca de su casa, así que cuando se jubilan ya la tienen liquidada. En Europa eso no pasa, la gente vive de alquiler. Como se supone que una parte de la pensión es para cubrir las necesidades de alojamiento, ese porcentaje a los jubilados españoles no les hace falta. Me he quedado a cuadros.

De vez en cuando L. se lamenta de que en España la edad de jubilación se vaya alargando. “Es cruel tener a los viejitos con las mismas jornadas laborales que a los jóvenes, con muchas décadas de trabajo acumuladas en el cuerpo”, dice. “Así nunca haremos hueco para que la juventud trabaje”.

Lo que L. no comprende es que los jubilados son un gasto inútil que lastra la economía. Por lo menos eso es lo que intentan meternos en la cabeza. Todo lo público es una ruina. La Administración funciona de pena. No podemos mantener a tanto desocupado. Así que mejor vamos a privatizarlo todo. Las pensiones también, claro. Arranquemos de manos de los ciudadanos todo cuanto pueda ser un negocio para el sector privado. ¿El bien común? Si es rentable, convirtámoslo en un bien particular. Con júbilo.

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