Distintas partes del cochinillo

Disfrutar de un buen lechón o cochinillo al horno es uno de los placeres gastronómicos que ofrece una tierra de sabores como es Castilla y León. Ávila y especialmente Segovia son dos lugares donde una visita hace que probar este plato se convierta en una parada indispensable. Sin embargo, no siempre se tiene la oportunidad de viajar a estas provincias o de degustar este manjar cuando se está recorriendo esta parte de la meseta castellana. También se puede disfrutar de este plato mucho más cerca, sin ni siquiera salir de Antequera ya que en el café-restaurante A la Fuerza lo hemos convertido en uno de nuestros platos estrella.

La tradición manda que agua y sal sean los principales y únicos acompañantes del cochinillo y que se elabore en un horno de leña. La dificultad de la receta, por lo tanto, no está en la introducción de los ingredientes, sino saber mantener el cochinillo haciéndose hasta que alcance un punto justo de dorado sin que su carne pierda ni una pizca de jugosidad.

Para acompañar a este plato siempre es una buena opción optar por un tinto de la denominación de origen Ribera de Duero, pero en A la Fuerza también contamos con caldos andaluces con los que degustar este tradicional plato castellano como Encaste, un vino Ronda, con un matiz frutal y clara acidez; Entredicho, procedente de la Sierra de Segura (Jaén), o El Guardián, un vino ecológico elaborado con uvas criadas en las laderas de Sierra Nevada (Granada).

Para disfrutar de este asado castellano, en la que se mezcla la textura crujiente y tostada de la piel del cochinillo con la jugosidad de la carne no hace falta hacer tantos kilómetros, si siquiera que sea en un día tan señalado como los que se acercan, tan sólo acercarse un día con familia o amigos para degustarlo en A la Fuerza.

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