El Coservas Alsur suma en casa los primeros puntos de la segunda vuelta ante Villa de Aranda (27-23)

No fue el estreno más deseado de año el que tuvo que vivir en Alcobendas el Conservas Alsur, que además de sufrir una contundente y dolorosa derrota perdió, aunque de manera anecdótica sobre todo el liderato de grupo. En todo caso el equipo de Lorenzo Ruiz y Darío Mata volvía a la realidad del trabajo semanal buscando su reencuentro en casa en 2018, dispuesto a continuar una racha triunfal que era la misma que desde el primer semestre de 2016, le propiciaba no perder un partido oficial en casa de liga. Para la ocasión el «Argüelles» era visitado por otro clásico del balonmano nacional caso del ex Asobal, Villa de Aranda, que sin atravesar sus mejores momentos se debatía en la zona baja de la tabla y llegaba hasta Antequera dispuesto a enderezar el rumbo de su más que discreta primera vuelta en competición. Plagado de nombres y de calidad los de Carlos Colmenero, buscaron desde el principio tirar de oficio para hacer valer sus recursos pero enfrente volvieron a encontrarse un rival incómodo que volvió a su senda de defensa agresiva y presionante en la que no se sintió cómodo su rival. Primeros minutos igualados hasta que Luis Castro en sendas acciones ofensivas y de carácter colocó un 5-3, que poco a poco se fue ampliando gracias al buen hacer de conjunto efectuado por los de Lorenzo que encontraron su máxima renta con un 11-7, finiquitado por Cristóbal a diez minutos del descanso. Unos postreros intentos baldíos burgaleses no les hicieron reducir en gran medida hasta el descanso (13-10).

Aunque los comienzos en la segunda mitad denotaban cierta ansiedad en los de casa lo que permitió, bajo la batuta de Álvaro Torres, igualar a 16, en el minuto 10, el conjunto antequerano no tiro de precipitación volviendo a la senda de su juego tradicional lo que le permitió de nuevo en breve plazo recuperar su mejor juego y bajo la dirección de Adrián volver a retomar el mando en el marcador y lucir sus mejores galas en defensa para terminar derrotando con justicia a su cualificado rival.