Antequera, una ciudad Patrimonio por sí misma. En esta imagen podemos visualizar la ciudad desde la altura del Mirador de Almenillas, desde el cual se aprecia toda la ciudad. Dejando a su espalda el castillo, la Colegiata de Santa María y el Torcal, los cuales no son menos importantes por no estar en la imagen.
Allí donde pongas tu mirada verás patrimonio, encontrarás una iglesia, un palacio, una plaza, un centro de educación, los Dólmenes, la Peña, etc… es una perspectiva que te mostrará la esencia antequerana mires donde mires, encontrarás algo por lo que siempre la
recordarás; una de las claras imágenes que te llevarás es que hay más iglesias y conventos que centros educativos.
Porque Antequera no es solo comercio y turismo, es historia, cada rincón y cada calle tiene la suya propia, miles de leyendas, de acontecimientos y de costumbres únicas. Los antequeranos las conocemos y no hay mayor orgullo que mostrarle a aquel que solo ve un pueblo grande que es el sitio de “los Dólmenes”, la grandeza e importancia que tiene esta. La esencia de Antequera hoy en día es el conjunto de los Dólmenes, la Peña de los Enamorados y el Torcal; cada uno de ellos tienen una historia y sentido común que se remonta a miles de siglos atrás. Pero a su misma vez cada uno por separado, debe sorprendernos la existencia de estos desde el inicio de la vida humana.
Nunca llegué a plantearme todo lo que tiene Antequera, hasta el día de hoy, siempre pensé que era una simple ciudad pequeña, pero cada vez que subo a dicho mirador, me doy cuenta del gran regalo que nos han hecho nuestros antepasados, tanto visual como histórico.