El dueño del podenco que fue encerrado con leishmaniosis y con pocos meses de edad en una caravana ha sido condenado, tras cuatro años, a un año de prisión y tres años de inhabilitación especial para trabajar o poseer animales.
Los hechos tuvieron lugar en el año 2019 cuando la asociación animalista de Casabermeja, ‘Ladram’, denunció el mal estado del perro, que tuvo que ser sacrificado debido a su debilidad y el avanzado estado de su enfermedad, ya que vivía entre excrementos y sin la medicación correspondiente.
Tras años estudiando el caso y con varias instancias judiciales, el juez de lo Penal de Málaga ha establecido que el fallecimiento del can se debió a la dejadez en las funciones del propietario y su rechazo a los consejos veterinarios, cómo también ha indicado el Tribunal Supremo.