La tecnología siempre ha sido un factor relevante y capaz de transformar diferentes sectores empresariales. Es algo que hemos podido comprobar desde las revoluciones industriales de los pasados siglos, y hoy en día podemos observarlo con el auge de la red. La llamada revolución digital, pues, se impone cada vez con más fuerza, lo que implica un cambio de paradigma que las empresas deben tener en cuenta. Después de todo, el hecho de que la ciudadanía cuente con acceso a internet de forma tan fácil ha cambiado muchos de sus hábitos de consumo. Por eso, cada vez son más quienes apuestan por llevar sus negocios al entorno digital y a emplear la tecnología más actual para hacerlo posible.
Diferentes sectores, soluciones similares
No se puede decir que la industria del entretenimiento guarde mucha relación con la de los supermercados, por poner un ejemplo. No obstante, la nueva realidad ante la que nos encontramos, más digital que nunca, hace que ambos mundos tengan que emplear estrategias similares para retener a su público, pero también para llegar a nuevos clientes potenciales.
De hecho, la omnicanalidad ha cobrado una especial relevancia durante los últimos años. Este concepto, como su nombre parece indicar, implica que se tienen que proporcionar servicios e información a través de diferentes caminos, tanto los tradicionales como los digitales. Las tiendas, pues, siguen disponiendo de lugares físicos, pero también cuentan con plataformas de e-commerce destinadas a facilitar la compra.
Con el ocio pasa lo mismo. El público de antaño estaba acostumbrado a acudir a establecimientos físicos para llevar a cabo determinadas actuaciones. En la actualidad, no obstante, también encontrará una página apuestas deportivas, una aplicación para jugar al póker o una plataforma para ver películas. Los tiempos cambian y los proveedores han de diversificar sus canales.
La tecnología avanza para cubrir una demanda creciente
Las novedades en el campo de las comunicaciones son, en parte, la causa de esta transformación. No obstante, hemos de tener en cuenta que la pelota también va en la dirección contraria. Así, nuevas tendencias y hábitos son los que, a su vez, producen nuevas necesidades. Y, para ello, no dejan de surgir más tecnologías capaces de cubrirlas.
Así, el crecimiento en el campo de las transacciones en línea ha provocado que surjan fórmulas innovadoras para tratar con el dinero. Además de las tarjetas bancarias, el público actual puede trabajar con plataformas digitales especializadas y con e-wallets, una fórmula que busca agilizar dichas transacciones.
Por otro lado, cada vez son más las páginas que recurren a los chatbots. Se trata de pequeñas aplicaciones, incrustadas en sus sitios web, que permiten ofrecer atención al cliente con la ayuda de la inteligencia artificial. Por supuesto, esto no sustituye al factor humano, pero permite resolver consultas y dudas en cualquier momento del día.
Como es de imaginar, cada vez son más los sectores que no dudan en acudir a la red en busca de un nuevo canal de comunicación con su público potencial y, de hecho, ya hay empresas que únicamente operan en el entorno digital. Ahora solo falta esperar para ver si esa también será otra tendencia que se imponga, o si la omnicanalidad seguirá vigente durante los próximos años.