Una docena de niños con Necesidades Educativas Especiales precisan de una PTIS que, con el curso empezado, todavía no se ha incorporado
La Asociación por la Diversidad Funcional de Villanueva de Algaidas (ASDIF) ha solicitado a la delegación territorial de Desarrollo Educativo en Málaga la dotación de un mayor número de profesionales para atender a los más de 40 niños con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (NEAE) matriculados en el CEIP Miguel Berrocal este curso.
Se trata de una demanda histórica en este centro educativo que lleva años denunciando la falta de personal especializado que cubra en su totalidad las necesidades de este alumnado, que va desde Infantil hasta Primaria.
Del total, 22 son estudiantes con Necesidades Educativas Especiales (NEE), de los cuales, 12, precisan además de un monitor que, con el curso ya empezado, todavía no se ha incorporado. Aunque desde la Junta aseguran que lo hará «de forma inminente», al centro le han notificado que no será hasta final de mes.
La delegación territorial de Desarrollo Educativo en Málaga asegura que la atención del alumnado NEAE en el CEIP Miguel Berrocal se encuentra «completamente ajustada a las necesidades del centro» con los cinco profesionales dispuestos por la Consejería: un Educador (EDU) y un Personal Técnico de Integración Social (PTIS), ambos con 30 horas de servicio en el centro cada uno; dos especialistas en Pedagogía Terapéutica (PT) y otro de Audición y Lenguaje (AL) a tiempo completo, es decir, con 25 horas cada uno.
Aún así, esta cantidad de personal sigue siendo insuficiente para las familias, que reclaman al menos la contratación de tres profesionales más (PT, AL y PTIS). «No se trata de la cantidad de niños, sino de la gran dependencia que tiene cada uno debido a sus diferentes afectaciones. Los hay que necesitan de una persona a tiempo completo. De hecho, varios padres se han visto obligados a contratar a una maestra sombra porque con el personal del que dispone el colegio sus hijos no están debidamente atendidos», explica Antonio Casado, presidente de ASDIF y padre de uno de los niños. «En nuestro caso hemos optado por sacar al niño del comedor, porque una persona no puede estar pendiente de darle de comer a varios a la vez», lamenta.
Otro de los hándicaps que agrava la problemática, es que el centro está dividido en dos edificios separados por una distancia de 300 metros, por lo que los profesionales tienen que desplazarse de uno a otro, «invirtiendo un tiempo valiosísimo para estos niños», insiste.
Por todo ello, la Asociación está organizando ya una manifestación para este jueves 26 de septiembre en la puerta del colegio.