La cebolla ha sufrido una merma en la producción de entre el 20% y el 25% respecto a otros años, pues las continuadas lluvias ha afectado al desarrollo vegetativo de la planta
Las generosas lluvias de marzo y abril han venido como anillo al dedo al campo, paliando la fuerte sequía que venía padeciendo, sin embargo «no debemos olvidar que teníamos un déficit hídrico muy grande que todavía no está cubierto», ha recordado el gerente de Horticultores El Torcal, Juan Antonio Romero. Para eso, debe volver a llover bien en los meses de otoño.
Por lo pronto, hay agua garantizada para lo que resta de año, lo que permitirá sacar adelante todas las campañas. «En general ha llovido de una forma correcta, sin hacer daño. Solo un día el río Guadalhorce inundó algunas parcelas, pero no fue a más. Esta vez, la mayor parte del agua se ha filtrado en los acuíferos, y no como aquellas veces en las que el agua torrencial se ha perdido», ha señalado.
La campaña de la cebolla acaba de comenzar y aunque todavía quedan por delante varios meses de cosecha, actualmente los precios se encuentran en unos márgenes razonables que cubren los gastos de producción. «Esperemos que continúen así a lo largo de toda la campaña», ha comentado.
Sin embargo, a nivel comercial existe una diferencia de 10 céntimos entre los calibres altos y los medianos o pequeños. Y es que la cebolla ha sufrido una merma en la producción de entre el 20% y el 25% respecto a otros años. «Al igual que el tiempo que hemos tenido ha sido muy bueno para el campo porque hacía falta que lloviera para recuperar los pantanos y los acuíferos, tantas lluvias encadenadas y consecutivas han afectado al desarrollo vegetativo de la planta, por lo que la mayoría se han quedado en tamaños más medianos», ha explicado Romero.
En cuanto a la campaña del espárrago, ésta ha sido buena, con calibres homogéneos y calidad extraordinaria gracias a las lluvias. A nivel comercial, los precios han cubiertos los costes de producción, que se ha mantenido como un año dentro de lo normal.