El Ayuntamiento de Sevilla ha
anunciado la prohibición de estas atracciones con burros y ponis para niños
que, cada año, se instalaban en la Feria de Abril.

En octubre de 204, El Refugio del
Burrito alertó al ayuntamiento de la ciudad hispalense sobre la crueldad con la
que burros y ponis eran tratados en los carruseles de la Feria de Abril y en
otras fiestas populares. En una carta, se explicaba que los animales daban
entre 2,000 y 3,000 vueltas al día, sufrían patologías vertebrales por las
sillas de montar y se encontraban en condiciones higiénico-sanitarias
deficientes.  sufrían patologías vertebrales por las sillas de montar y se
encontraban en condiciones higiénico-sanitarias deficientes.
Los animales utilizados en esta
atracción pasaban más de 12 horas al día girando alrededor del carrusel,
siempre en la misma dirección y sin descanso. La música alta de la Feria de
Abril les causaba estrés y sordera, mientras que las luces brillantes les
producían ceguera parcial.
En respuesta a la carta de El Refugio
del Burrito, el Centro Zoosanitario Municipal inició una investigación sobre el
impacto de esta actividad en la salud y bienestar de los animales. En base a la
recomendación de éste al Ayuntamiento de Sevilla, las atracciones que utilizan
a burros y ponis serán ilegales de ahora en adelante.

La medida ha sido aplaudida por 
El refugio del Burrito las asociaciones protectoras de animales, al impedir la
explotación de burros y ponis. Además, estos carruseles no tienen valor
educativo alguno y ofrecen una visión distorsionada de la realidad. Los más
pequeños deben ser educados en el respeto a los animales y la naturaleza y
estos espectáculos no contribuyen a sensibilizar, sino más bien lo contrario. 

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