Algo hay en los viernes que los inhabilita para mantener la concentración en un tema concreto. Debe ser por la inminencia del fin de semana, o puede que esto sólo pase el primer viernes de la primavera. Ni siquiera el café de buena mañana, humeante, disuelve la bruma de un día que es una promesa de luz y confortable calor, una promesa juguetona.

Nada hay tan sugerente como el tintineo de la cucharilla contra la taza de café. El azúcar gira enloquecido y finalmente se posa en el fondo, penosamente mareado. Con la mano izquierda se atiende la taza y con la derecha se pasan las páginas del periódico.

Leo que Hacienda ha prohibido que la declaración de la renta se haga con bolígrafo. No sé exactamente qué diferencia habrá entre rellenar a boli un impreso o hacerlo en pantalla con un PDF para después imprimirlo. Pronto nos prohibirán sonarnos los mocos con la mano izquierda.

Repasando el periódico del viernes veo que los temas importantes son Ucrania, Cataluña, Turquía, corrupción, justicia universal, inmigración, millonarios españoles, crisis, Venezuela… Lo mismo que ayer y que hace dos días, o tres. Me pregunto dónde está la medida y quién la aplica, dónde está la gente «normal» y cuáles son sus problemas reales. Porque la agenda informativa la condiciona la agenda política, y la agenda política tiene la virtud de esconder la realidad.

Hoy, cuando escribo estas letras, es viernes. Hoy se celebra el Día Mundial Forestal, el de la Marioneta, el de la Poesía, el del Síndrome de Down, el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, y el Día Europeo de los Archivos. Desbrozando un poco yo me quedaría con el espacio dedicado al Síndrome de Down y a la Eliminación de la Discriminación Racial. Pero sólo es una opinión personal. El lunes, cuando lean esto, habremos comprobado la atención que han prestado los medios nacionales, provinciales y locales a estas cuestiones. Por no hablar de la que dedican al cabo del año. Ah, el café se enfría.

Salvador Rivas

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