‘De la barra del bar, a las Redes Sociales’ por Manolo Bocio

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Todos hemos visto como una de las costumbres mas arraigadas en nuestra cultura, ha sido la de discutirlo todo en la barra del bar en acaloradas tertulias, entre copa y copa.
En esas discusiones “parlamentarias”, hemos arreglado y desarreglado el país, en multitud de ocasiones, hemos puesto y quitados alcaldes, presidentes y diputados de gobiernos, asociaciones y hasta comunidades de vecinos, muchas de ellas acabando tan acaloradamente, que nos han costado romper amistades de toda la vida. Pero siempre, cuando hemos vuelto a atravesar el umbral de la puerta del bar, todas nuestras buenas intenciones, reivindicaciones y valentías, se han diluido como el hielo en el vaso, o vasos de licor que acabamos de consumir. Será seguramente por eso que son llamadas bebidas espirituosas.

La valentía desaparece, y donde he dicho Digo, digo Diego, y a otro can con ese hueso.
Es decir, nada, todo quedó en el bar, porque como dice el refranero Castellano, “del dicho, al hecho, va mucho trecho”.

En las redes sociales, nos encontramos a diario, mucho inconformismo, muchas frases bellas y elocuentes, muchas posturas reivindicativas sobre multitud de iniciativas políticas, críticas constructivas y destructivas, sobre organizaciones y personas.

Enarbolamos banderas y siglas, que muchas veces ni conocemos sus verdaderos orígenes, dando muestras del desconocimiento más absoluto, y que cuando exponemos al mundo todo eso desde nuestra acomodada postura en el triclinio del sofá de nuestra confortable sala de estar, hasta nos creemos que estamos haciendo algo importante.

PERO……, PERO……, SIEMPRE LOS MALDITOS PEROS.

Cuando se trata de comprometernos de verdad con realidades y hechos, aflora la cobardía, los intereses económicos y sociales, y todos hacemos muting por el foro, diluyéndose toda la valentía reivindicativa, como el hielo en el vaso de wiski, gracias entre otras cosas al mágico botón del apagado de nuestro ordenador.

He conocido en el mundo de la discapacidad, mucho sufrimiento, muchas críticas sobre lo mal que lo hace, este o aquel organismo, o determinada asociación. A diario me paran por la calle para contarme historias baladíes, sobre las presiones o miserias de las que son objetos. PERO cuando les invitas a unirse en la lucha reivindicativa activa, aparece ese halo de cobardía, si señores de cobardía, y prefieren seguir en la miseria y el desprecio, antes de optar por el honor y la dignidad.

Yo me pregunto, ¿A dónde nos llevan esas posturas?, ¿Siempre queremos que sean otros quienes nos saquen las castañas del fuego?, ¿Es posible que nos merezcamos lo que tenemos?.

Yo desde estos renglones mal escritos, os invito a levantaros del sofá, a uniros a las causas justas, a morir de pie si es preciso, y no vivir de rodillas eternamente, y si eres discapacitado O.N.D.E., te está poniendo una herramienta impresionante ante ti, para defender tus derechos y que cuantos mas seamos, mas fuerte será nuestra voz, y mejor se nos oirá.

Manolo Bocio

                
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