Artículo de opinión ‘Libertad’ por Antonio García Mendoza

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El término “Libertad” es un concepto abstracto de difícil definición, y ha dado lugar a múltiples definiciones, de todos los signos. Si nos paramos al observar la primera acepción de la Real Academia Española, la libertad es “la facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos”, otra acepción más filosófica a la vez de clara es la que realiza Hobbes, “libertad significa propiamente, ausencia de oposición; por oposición quiero decir impedimentos externos del movimiento (…). Un hombre libre es aquel que, en aquellos casos que puede hacer en virtud de su propia fuerza e ingenio, no se ve impedido en la realización de lo que tiene voluntad de llevar a cabo” y por último, otra acepción del término es la que realiza el discípulo de Bentham “aquel intelectual que escribía mucho y terminaba muy pocos manuscritos”, John Stuart Mill en su obra “Sobre la Libertad”, donde Mill se dirige a la naturaleza y límites del poder que puede ser ejercicio legítimamente por la sociedad sobre el individuo, y uno de los argumentos que mantenía Mill es el principio del daño o principio del perjuicio, es decir, que cada individuo tiene el derecho a actuar de acuerdo a su propia voluntad en tanto que tales acciones no perjudiquen o dañen a otras.

Nos encontramos en pleno S. XXI y en una sociedad occidental como es la española, creo que es muy evidente que un ser libre no debe estar atado a la voluntad de otros de forma coercitiva. Por lo que siguiendo la postura de Ramón Rosal Cortés, “ser libre no es hacer lo que quieres sin pensar, sino pensar por qué quieres hacerlo”, por lo que para ello debe existir un Estado que proteja y fomente la libertad, que faculte la libre elección al individuo y al colectivo, y abandonar posturas que conllevan prohibiciones polémicas “olvidando muchas veces que no podemos separar un país en dos”, como nos tienen acostumbrados desde ciertas posturas ideológicas que muchas veces intentan apoderarse de una verdad absoluta que no existe y no me refiero solo a las posturas totalitarias o autoritarias.

Ejemplos disponemos como se suele decir “de todos los colores”: ¿Por qué se habla de limitar el derecho de elegir una educación determinada para los que hoy estudian? El que quiera educación diferenciada, que la escoja; quien quiera estudiar religión o su alternativa, que la escoja; quien quiera estudiar en una institución pública o privada, que lo haga, etc. ¿Por qué hay personas que hablan de prohibir el matrimonio entre mismo sexo? El matrimonio tiene como única condición el amor entre dos personas, nunca el sexo de los contrayentes. ¿Por qué prohibir la vida a los que no pueden defenderse? El “nasciturus”, aquel que no puede decidir por él, quienes somos nosotros para prohibirle un derecho tan primario como es la vida. ¿Por qué se apuesta por limitar derechos de aquellos que tienen fe en una determinada religión, mayoritaria o minoritaria? Dejemos que cada cual, dentro de su condición religiosa, siempre que se respeten los derechos humanos, practiquen aquella religión en la que creen. ¿Por qué intentan algunos prohibir que haya personas que se desarrollen profesionalmente? Partiendo de una igualdad en las oportunidades, debemos dejar que cada cual se desarrolle profesionalmente y consiga todos los éxitos posibles dentro del marco legal, emprendiendo con una empresa u otros menesteres ¿Por qué se intenta marcar una línea editorial a los medios de comunicación o los medios intentan marcar una línea de pensamiento a los ciudadanos? Los medios se deben dedicar a informar donde deben y a opinar donde lo tienen dispuesto las normas éticas y morales, sin ser influenciado, así como sin intentar influir. ¿Por qué prohibir los toros? No es más fácil que el que le guste acuda a la “Plaza” y al que no le guste, no vaya. ¿Por qué hay que prohibir las Fuerzas Armadas? El que quiera y así lo disponga que se aliste y el que no lo vea conveniente, pues que no lo haga.

Podría continuar con la anterior enumeración, y perdónenme si mezclo temas tan complejos y variados en tan poco espacio de tiempo, pero lo que vengo a pedir a los modelos ideológicos que tienen en su modelo el prohibir por pensamiento, antes que dialogar y buscar consensos, es que la libertad no es aquello que uno cree como cierto, sino aquello con lo que el colectivo y el individuo se desarrolla cognitivamente, como es la libre elección; ya que fomentando la libre elección, seremos seres aún más racionales.

Antonio García Mendoza

El próximo artículo se publicará el martes 12 de noviembre
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