La ruta ‘La Huella Barrroca’ hace un viaje a través del tiempo, concretamente a través del siglo XVIII, una de las épocas más importantes para el municipio archidonés de la que data, por ejemplo, su característica ‘Plaza Ochavada’.

La ruta empieza en el convento de las monjas mínimas, convento que data de 1551 y que se crea sobre un antiguo palacete, donado por los condes de Ureña, y una antigua ermita. Su fachada fue diseñada por el alarife Francisco de Astorga Frías, mismo diseñador que, junto a Antonio González Sevillano diseñaron la Plaza Ochavada con su característica planta octogonal y su decoración diferente para sus ocho fachadas.

La siguiente parada de esta ruta la constituye la casa hermandad del Dulce Nombre, una de las cofradías más populares del municipio ya que es una de las que devotos tiene. Esta cofradía, que procesiona el viernes santo por la mañana, tiene como titulares al Dulce Nombre de Jesús, a la Virgen de la Paz, a la Misericordia y al Niño de la Bola. Con el objetivo de dar a conocer la gran importancia que tienen las cofradías en el tejido cultural archidonés, se ha establecido que, de forma aleatoria, irá introduciéndose la visita a distintas casas hermandades en las distintas ediciones de esta ruta.


Tal y como destacaron, la semana santa de Archidona tiene un añadido de gran importancia que la hace muy especial, y es el hecho de que han mantenido tradiciones centenarias. En este sentido, destaca la tradición del ‘Apostolado’, la cual consiste en que doce hermanacos porten una cruz de madera con una corona de espinas y procesionan detrás del señor, en recuerdo del seguimiento de los apóstoles. Posteriormente, y llegados a un punto concreto de la procesión, estos “apóstoles” realizarán ‘la huída’, con lo que abandonan el corte procesional y se cobijan en una Iglesia para rezar, en recuerdo de la huída que tuvieron que realizar los apóstoles cuando Jesús fue apresado.

El siguiente punto a destacar de la ruta es el museo, el cuál fue en sus inicios un granero, y posteriormente una especie de ‘banco’ que daba préstamos, historia que puede apreciarse aún hoy tanto en su fachada con en el interior del mismo, ya que mantiene el techo típico de un granero. Dicho edificio lleva abierto como museo desde 2004 y cuenta con tres salas, cada una de ellas orientada a una temática distinta. La primera sala está dedicada a la ‘Memoria histórica’, donde se recorre toda la historia del municipio desde la prehistoria hasta nuestros días. En segundo lugar está la sala ‘la Villa’, en la que se encuentran obras atemporales, todas restauradas. Esta sala está decorada como si fuera la sala capitular de un consistorio de época, y suele utilizarse como escenario para bodas civiles. La tercera y última de las salas es la dedicada a la ‘Memoria Colectiva’, y en ella se muestra las fiestas tradicionales de corte religioso, lúdico y cultural.

La siguiente visita constituye uno de los puntos claves de la ruta, ya que está dedicada a la Iglesia de Santa Ana, la primera Iglesia cristiana que se creó en la llamada ‘Villa Baja’. Esta Iglesia se creó en 1504 sobre una mezquita mudéjar y destaca por su estilo gótico flamíngero. Esta Iglesia, junto a la aledaña Casa Consistorial primitiva, formarían el primer núcleo vital de la emergente Archidona de la Edad Moderna.

Las últimas paradas de esta ruta la constituyen una visita a las ‘Escuelas Pías’, terminando así en la plaza Ochavada con una degustación de la tapa típica archidonesa.

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