Responsables municipales, de la entidad y de la exposición, junto a los paneles instalados en el Ayuntamiento

El 11 de agosto de 1992 nace Resurgir, el centro que la organización Proyecto Hombre pone en marcha en Antequera, para ayudar a vecinos del municipio y del resto de la Comarca a superar sus adicciones a las drogas. Desde entonces, más de 40.000 personas han pasado por sus instalaciones.

“No ha sido un camino fácil”, ha resumido este martes el presidente de la entidad, Juan Espejo, durante la presentación de la exposición que acoge el patio del Ayuntamiento desde hoy hasta el próximo 16 de junio, en el que 37 paneles recuperan la historia de la entidad.

Fotos de los primeros talleres, de reuniones de usuarios, celebraciones, actividades deportivas, “graduaciones”, recortes de prensa… cerca 600 imágenes repasan el último cuarto de siglo para una asociación que, como también ocurrió con otras entidades ‘hermanas’ de todo el país, se fundó para luchar contra los estragos causados por la droga durante la década de los 80, en especial por la heroína.

Paneles informativos e imágenes de la asociación

Como ha recordado Espejo, en la actualidad se habla de adiciones y conductas peligrosas con otro semblante. Sin embargo, la labor de Resurgir – Proyecto Hombre Antequera hace 25 años no se veía igual. “Hemos tenido que hacer un esfuerzo en cambiar un poco la imagen de la asociación”, ha señalado.

Parte de ese esfuerzo también se ha centrado, como ha apuntado la directora de Resurgir, Marisa Martín, en acabar con la estigmatización que hay hacía los drogadictos, especialmente en localidades de interior como las localidades de la Comarca de Antequera. Un hecho, del que asegura que afecta negativamente a la hora de que la persona pida ayuda para luchar contra su adicción.

Cifras

Un total de 1.553 personas fueron atendidas el pasado año en la asociación. Muchas de ellas procedentes no sólo de la Comarca, sino también de localidades de las provincias de Córdoba, Granada o Sevilla, lo que para el alcalde Manolo Barón demuestra otro aspecto positivo más de la centralidad de Antequera.

Según los datos de la Memoria de 2016, 116 usuarios participaron en intervenciones, 222 fueron asesorados y derivados a otros recursos sociales y con 1165 se actuaron en labores de prevención. Cifras todas ellas más altas que en el año anterior.

De total de personas atendidas, sólo un 12% fueron mujeres. Según ha explicado Martín este porcentaje se debe no tanto a un menor número de adicciones como a las dificultades que hay para atenderlas, al ser ellas en la mayoría de los casos quienes “sostienen” el núcleo familiar con el cuidado de los hijos y de los mayores. “No les da tanto tiempo para acudir a los tratamientos”, ha apuntado.

El 48% de los usuarios llegó en 2016 por adicciones al alcohol, la cocaína y el cannabis, y ya en un grupo más pequeño por sustancias como las denominadas drogas de diseño: el MDMA o el LSD. En mujeres la inmensa mayoría lo hacen por sobre su adicción a tratamientos farmacológicos y al alcohol.

Nuevas adicciones

Espejo (centro), durante la presentación de la exposición

Durante esta dos décadas y media, además de trabajar por cambiar la imagen del centro, los responsables de Resurgir también se han visto obligados a introducir nuevos métodos y estrategias de trabajo, especialmente por el desarrollo de nuevas adiciones como a las nuevas tecnologías o al sexo. Precisamente sobre esta última habrá una jornada que tienen previsto organizar en octubre.

Como ha comentado Espejo, una de las principales adicciones con la que se encontraron cuando empezaron, la heroína, ha pasado ahora a un segundo plano. En cambio, comienzan a aumentar otras relacionadas con el uso de los teléfonos móviles, que afectan fundamentalmente a los jóvenes: a la asociación ya ha llegado un caso de una familia que tuvo que hacer frente a una factura superior a los 5.000 euros.

El número de menores atendidos en 2016 alcanzó el 13%. El porcentaje crece año tras año tanto por la bajada de la edad en la que comienzan a beber alcohol, -en todo el país son 480.000 escolares de menos de 14 años los que se han emborrachado al menos una vez-, como por el consumo de otras drogas como el cannabis.  Por ello desde Resurgir reclaman la puesta en marcha de alternativas de ocio y tiempo libre e incidir a los jóvenes “que el alcohol y el cannabis nos son cosa de broma».

Según Martín, las conductas de riesgo de estas adicciones también se pueden encontrar en patrones de trastornos alimentarios, y en los centros escolares están llamando cada vez más la atención sobre casos de bulimia y anorexia.

En este sentido, la directora de Resurgir ha destacado la importancia del trabajo que se debe hacer en el núcleo más cercano a los jóvenes. “Si en la escuela no tienen el apoyo de la familia, no será eficaz”, ha subrayado.

A ello se une el trabajo de hasta nueve profesionales que forman el equipo multidisciplinar de la asociación. En la última década, además, lo hacen también con un equipo externo de psiquiatras y psicólogos clínicos para potenciar los tratamientos. «Si trabajamos en redes podemos dar un mejor servicio”, ha incidido.

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