Temen que los trabajos puedan agravar la problemática de inundaciones que ya sufren al ampliar y dirigir el cauce hacia el núcleo urbano
Las obras que Adif está ejecutando en el arroyo de La Saucedilla han puesto en alerta al Ayuntamiento de Almargen. Se trata de una actuación enmarcada en la electrificación de la línea ferroviaria Algeciras-Bobadilla que está implicando grandes movimientos de tierra de los que, al parecer, ninguna autoridad tenía constancia.
Aunque estas intervenciones se sitúan dentro del término municipal de Cañete la Real, afectan de manera directa a este pueblo de la comarca de Antequera por su proximidad y características. Temen que, además de perjudicar al paisaje, aumente el riesgo de inundaciones en Almargen, dado que la obra está encauzando el arroyo hacia el núcleo urbano, donde ya existe otro que lo atraviesa. «Las cajas de nuestros ríos no tienen capacidad suficiente para recoger el agua que llueve y estas obras pueden provocar inundaciones muy serias en nuestro municipio», ha asegurado la alcaldesa, María del Carmen Romero.
Fue en mayo, de cara a su Romería de la Virgen de Fátima, cuando se percataron de lo que estaba pasando en el paraje. Desde ese momento, el Consistorio almargeño, junto con el de Cañete la Real, se puso en contacto con las administraciones competentes con el objetivo de evitar daños en la localidad. «En nuestro estudio de inundabilidad se ve claramente cómo la mancha de agua se extiende a quinientos años vista, llegando a inundar por completo algunas partes del municipio. Esto no quiere decir que tengan que pasar 500 años para que suceda, puede ocurrir mañana, pasado o dentro de tres días. Eso es lo que nos preocupa. Si ya no podemos con la cantidad de agua que nos llueve, mucho menos con la que nos van a meter», ha expresado la edil.
Tras haberse reunido con un técnico de la Delegación Territorial de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Sostenible, remitieron toda la información por escrito, lo que provocó la paralización de las obras. No conformes, los regidores de ambos municipios se pusieron en contacto con el delegado, Fernando Fernández Tapia-Ruano, quien, tras su visita y la de los inspectores a la zona se ha comprometido a esclarecer la situación sobre los trámites que se estaban llevando a cabo.
«El Ayuntamiento seguirá vigilante y actuando con firmeza en la defensa de los recursos naturales y el bienestar de nuestra ciudadanía. Vamos a seguir luchando para que esto no continúe y mucho menos de esta manera, porque para eso nos tienen que dar una solución al problema que ya existe en el municipio», ha concluido Carmen Romero.
Por su parte, el alcalde de Cañete la Real, Andrés Morón, ha reprochado la falta de información y la forma de proceder por parte de Adif. «Desde Delegación nos han confirmado que no existen los permisos pertinentes para hacer un movimiento de tierra tan grande, más allá de una limpieza o desbroce. Pedimos que los trabajos se hagan con seriedad, se nos comuniquen y se hagan conforme a ley, teniendo en cuenta que hay una población que corre peligro por inundaciones», ha manifestado.
Asimismo, ha reiterado el doble perjuicio que suponen las obras. «Además del atropello medioambiental que se está haciendo, porque se está transformando el paisaje, corremos el riesgo de encauzar las aguas de una eventual tormenta, hacia el núcleo urbano de Almargen cuando ya este pueblo tiene un arroyo soterrado. Y con el peligro que eso entraña. Si viene una tormenta con una cantidad de lluvia fuera de lo normal, como una gota fría o Dana, Almargen corre un grave peligro de inundación. Ellos no quieren que se interrumpa el transporte, entonces encauzan los arroyos para que en ningún momento se desborde la vía del tren. Lo que pasa es que esa canalización la están llevando en este caso a una población que es la de Almargen», ha explicado el primer edil cañetero.