El acto fue presidido por el alcalde, Manuel Barón, quien rememoró a través de la prensa, cómo se vivieron los días de secuestro y posterior asesinato de Miguel Ángel Blanco en la ciudad
El Equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Antequera, junto con los portavoces de la oposición, rindió homenaje en la tarde del lunes a todas las víctimas del terrorismo en los jardines Miguel Ángel Blanco, en avenida Blas Infante, que llevan el nombre del concejal del Ayuntamiento de Ermua que fue asesinado por la banda terrorista ETA hace 23 años y cuyo cautiverio y muerte marcó un antes y un después a la hora de repulsar públicamente el terrorismo en el país.
El acto fue presidido por el alcalde de Antequera, Manuel Barón, y contó con la participación de la Policía Local, el Cuerpo Nacional de Policía, la Guardia Civil, el Ejército del Aire y Protección Civil. El regidor abrió el acto rememorando las páginas del centenario periódico local ‘El Sol de Antequera’ del 19 de julio de 1997 en las que se recogían cómo se vivió en la ciudad los macabros días del secuestro y posterior asesinato de Miguel Ángel Blanco, recordando la multitudinaria manifestación que congregó en Antequera a más de 6.000 personas y que conllevaría también una declaración institucional conjunta de todos los partidos políticos que componían por aquel entonces el consistorio antequerano.
Después, un representante de cada cuerpo leyó un texto periodístico en recuerdo a los padres de Miguel Ángel Blanco, ambos fallecidos en los últimos meses en el transcurso de la pandemia del virus COVID-19, titulado ‘Aquel Día en el que ETA perdió la calle’ y en el que se relaciona lo que supuso aquel trágico acontecimiento en la historia colectiva reciente del país con los recientes fallecimientos de los progenitores de Miguel Ángel Blanco.
Se narró también un extracto del libro ‘Heridos y Olvidados’ en memoria de todas aquellas víctimas de terrorismo que no fueron asesinadas y no pueden caer en el olvido, haciendo alusión concretamente a un relato de la hija de un Policía Municipal de Portugalete herido en un atentado de ETA en el año 1978.
Por último, se guardó un emotivo minuto de silencio solo ‘roto’ por los acordes del violonchelo de la joven antequerana María Martínez Carrión, que interpretó ‘El Cant del Ocells’ de Pau Casals y que fue continuado por un aplauso final de todos los presentes en lo que significó ser una nueva jornada de homenaje tanto a Miguel Ángel Blanco como, por extensión, a todas las víctimas del terrorismo en España.