Artículo de opinión: ‘XXV Aniversario del Glorioso Espíritu Cofrade del ´88’ por Antonio García Mendoza

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¿Qué es hablar de historia? Como bien dicen los expertos historiadores, la historia es todo lo que rodea nuestra vida, y no es necesario retroceder en el tiempo cuatro o cinco siglos para poder hablar de historia. Todo lo vivido, aunque haya ocurrido hace un instante, es historia, y para evitar el olvido, hay que dejar constancia para que en el futuro nada quede preso del olvido.

Y eso hicieron los que fueron partícipes de ese bendito año 1988, año glorioso para los cofrades antequeranos y por eso vengo hoy a relatar de forma escueta si me lo permiten, cuatro acontecimientos que conforman un importante legado en la historia cofrade y de fe de nuestra amada tierra, ya que como dice el famoso dicho popular, “es de ser bien nacido, el ser agradecido” y por ello considero justo recordar tales efemérides ya que, aunque parezca increíble por la rapidez con la que ha pasado, el año 2013 agoniza. Los acontecimientos que voy a destacar son: Reorganización de la Cofradía de la Soledad; Coronación de la Reina del barrio de Santo Domingo, Virgen de la Paz; Coronación de la Reina del Portichuelo, Virgen del Socorro; y Reorganización de la Hermandad de la Patrona Ganadora, Princesa de la Palma de Plata, Santa Eufemia.

Comienzo con la reorganización de la Cofradía de la Soledad, que llevaba sin procesionar desde el año 1924, y que tiene varios nombres propios merecedores de ser destacados. De una parte, el mecenazgo de la familia García-Berdoy, que conservó todo el patrimonio de forma increíble, guardado todo muy meticulosamente en papel de seda y en cajones o salas acondicionados de forma magnífica, gracias a lo cual hoy podemos disfrutar del palio de la Virgen de la Soledad del año 1846, la urna dorada con unos celestiales ángeles, corona de plata o la túnica de campanillero y el antiguo palio de la virgen con el que hoy podemos deleitarnos en la Casa Hermandad, cita junto al Convento del Carmen. De otra parte, destacar a personas ilustres como Francisco Rosales, Federico Esteban, Francisco Molina, José María Soriano, Rafael de la Rosa, Lola Gálvez que conformaron una especie de comisión que se encargo de llevar todo el proceso de reorganización junto a la ayuda de la Agrupación de Cofradías, Parroquia y el Obispado de Málaga, consiguiendo así que en el año 1988 pudiesen rezar los fieles del barrio y de la ciudad a la Virgen de la Soledad y al Santo Entierro, que ya había procesionado en años anteriores, siendo el recorrido que hoy consideramos ya, el tradicional de la hermandad, con luz apagada y cargado de una enorme solemnidad y silencio por el recorrido repleto de una multitud que se agolpaba en las aceras para ver a sus titulares.

Pero como ya he dicho, lo que deparó para cofrades y fieles antequeranos el año 1988 no se iba a quedar aquí. Comenzó un verano donde se coronaron a dos rosas místicas, a las reinas de sus respectivos barrios, Paz y Socorro, Socorro y Paz. Y es que la Coronación Canónica de una Imagen Mariana es uno de los actos más importantes que puede llegar a tener una Cofradía. Esa Corona, es el símbolo perfecto de reconocimiento a su nobleza, a su soberanía y a su devoción popular que se mantiene en el tiempo.

Tras la Coronación Canónica de la Patrona y Alcaldesa Perpetua de Antequera, la Virgen de los Remedios en el año 1922, la Coronación Canónica de la Virgen de la Paz fue la Primera de una Titular Mariana de una Cofradía de Pasión en ser coronada en Antequera, el ya histórico 19 de Junio de 1988 en la Iglesia de los Remedios.

Y es que son muchas peticiones y gran devoción del pueblo de Antequera y de foráneos las que llevas colgadas bajo tu manto que cubre el cielo de la leal y noble ciudad de Antequera para protegernos de todo mal, Reina de la Paz. Un ejemplo muy llamativo de la devoción hacia nuestra titular mariana, fue cuando la Guerra Civil Española llegaba a su fin y siendo de las pocas imágenes que pudieron desfilar en esa trágica etapa de la historia, la Virgen de la Paz a petición del pueblo de Antequera desfiló el Domingo de Resurrección del año 1939 tras no haber podido salir ese Viernes Santo por la lluvia.

Haciendo brevemente un poco de historia y siguiendo el artículo que apareció en la Revista Pregón de este año 2013, sobre la efeméride que éste mes celebramos, escrito por Don José Luis Vidaurreta Villarejo. Recordar que corrían los últimos días del mes de Diciembre de 1987 cuando él, como Hermano Mayor de la Archicofradía, se entrevistaba con el Obispo Don Ramón Buxarrais Ventura para poder realizar la Coronación Canónica de la Virgen de la Paz y que a primeros del mes de febrero de 1888, recibió la respuesta afirmativa de éste, para continuar con el proyecto. Con tal respuesta, los directivos y cofrades de la época se pusieron manos a la obra con solemnidad, austeridad y primordialmente religiosidad y crecimiento cristiano.

En los meses de abril, mayo y junio, se celebraron catequesis sobre “María en el Misterio de Cristo” y Vigilia de Pentecostés “En oración con María”. Y el 12 de Junio a las siete de la mañana se realizó en Rosario de la Aurora el traslado de la Virgen de la Paz desde la Iglesia de las Catalinas a la Iglesia de Ntra. Sra. de los Remedios, donde se celebró un Septenario predicado por los padres, Don Fernando García Gutiérrez y Don Antonio García Zurita. Y el día 19 de Junio por la tarde, Coronación Canónica de la Reina del Barrio de Santo Domingo, Madre de Dios y Reina del cielo, Reina de la Paz, por el Obispo Don Ramón Buxarrais Ventura y procesión por las calles de nuestra tierra abarrotadas de fieles con el acompañamiento del Hermano Mayor Honorario, el Tercio de Armada de la Infantería de Marina, otorgándonos estampas que todavía perviven en las retinas de los que las vivieron, como fue el paso por el Arco de los Gigantes y la bendición desde las “Almenillas” de la Virgen de la Paz.

Recordar aquí también, la labor realizada para tal efeméride del Rvdo. Don Manuel Cobos, Fray Alfonso Ramírez y las Religiosas Dominicas del Convento de las Catalinas.

Seguimos avanzando en el caminar del año 1988 y nos tenemos que detener en la fecha donde los cristianos celebramos la festividad de María, 15 de Agosto del mencionado año, donde la devoción y amor sincero del pueblo de Antequera llevó a la Virgen del Socorro, al ser invocada como reina al ser coronada canónicamente.

Los actos previos a dicha efeméride comenzaron el 6 de Agosto con el Pregón de Juan Manuel Moreno García y continuaron con los Juegos Florales en honor a la Reina del Portichuelo, quinario de la Coronación y traslado hasta la Colegiata de Santa María el 13 de Agosto. Llegando el glorioso y esperado día 15 de Agosto de 1988, comenzando con el descubrimiento del antiguo mosaico de la imagen de la Virgen del Socorro que se ubicó en la Cuesta San Judas y que hoy podemos seguir contemplando en el mismo emplazamiento, y a las 19,30 h Solemne Eucaristía donde es coronada “La Socorrilla” por Monseñor Don Ramón Buxarrais Ventura, siendo Hermano Mayor una persona a la que la historia de la “Cofradía de Arriba” debe tanto, como es, Don Gonzalo Ruiz Rojas. Mencionar que, la ceremonia de la Coronación Canónica tuvo como Madrina de Honor a S.M. la Reina Doña Sofía y como Padrinos a la Comunidad de M.M. Franciscanas y al Regimiento de Regulares de Melilla. Y tras la ceremonia de la Coronación Canónica, bendita procesión por las calles de Antequera.

Pero el año 1988 no solo fue destacado por la Reorganización de “La Soledad” o por coronar a las Reinas de la Paz y el Socorro, sino que también es recordado por ser el año donde se recupera la procesión de la primera patrona de la ciudad, tras haberse recuperado en el año 1983 la de la Patrona Remedios. Fue en 1987, con el apoyo de la Agrupación de Cofradías que presidía Federico Esteban.

La colaboración que recibieron de otras cofradías es digno de mención. La Cofradía de “Los Estudiantes” cedió su infraestructura y la Cofradía de “Los Dolores”, cuyo presidente era Agustín Puche, prestó las horquillas. Puestas las bases, el hermano mayor de la reorganización de la Hermandad Ángel Guerrero, convoca a un grupo de hermanacos y directivos y Manolo Higueras, Antonio Cabanillas, Antonio Checa y Manolo Sotomayor, ayudaron a la madre de don Manuel Cobos y a María Teresa Clavijo, camareras ambas en esta reorganización, a adornar el trono, así como la ayuda de Paco González y la Parroquia de Santiago.

Como hermano mayor del trono su sargento Salvador Ligero y se hizo un recorrido, que habría que meditar en recuperar. Al salir, visita a Belén. Luego, Carrera, Las Descalzas, Cuesta de los Rojas, calle Colegio hasta los pies del Castillo, dedicándosele una candela ante la Colegiata de Santa María.

Pero pasados 25 años, ¿qué nos queda del “Espíritu Cofrade del ´88? Podremos afirmar que se han recordado las efemérides anteriormente relatadas con diversos actos de gran relevancia, pero, ¿se han vivido desde la fe?, para responder a esta pregunta se debe responder de forma individual y de corazón, habrá quien sí y habrá quién. Por ello, me quedo con la frase mencionada por Don Francisco Ruiz en su discurso de investidura en su segunda legislatura como Presidente de la Agrupación de Cofradías de Antequera, cogida del Delegado de Cofradías de Sevilla, “no podemos convertir la Semana Santa, en una Semana Santa sin Dios”. Porque como afirma su Santidad, el Papa Francisco “no se trata de ser impecables, pues nadie que se compromete deja de emborrarse; sino que se nos invita, a no quedarnos en el chiquero que corrompe, porque Dios nos perdona siempre, y nos eleva. Dios no se cansa de perdonarnos, somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón.”

Imagen del archivo fotográfico Francisco Durán

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