La romana es un instrumento que sirve para pesar, compuesto
de una palanca de brazos muy desiguales, con el fiel sobre el punto de apoyo.
El cuerpo que se ha de pesar se coloca en el extremo del brazo menor, y se
equilibra con un pilón o peso constante que se hace correr sobre el brazo
mayor, donde se halla trazada la escala de los pesos.

Las romanas se usan desde tiempos muy remotos, aunque su
nombre sugiere que su forma definitiva, así como su utilización, corresponde a
los tiempos de la Roma Antigua. Desde entonces se ha seguido utilizando en su
forma más sencilla y arcaica o en otras formas más elaboradas.
La aparición de balanzas y basculas mecánicas y,
posteriormente, electrónicas, han arrinconado el uso de la romana a ambiente
rurales poco desarrollados ya que las balanzas electrónicas son mas rápidas y
precisas.
La exactitud y precisión de la romana depende de la calidad
de los materiales con que ha sido fabricada y del calibrado de la barra y el pilón.
Se ha llegado a realizar romanas de acero inoxidable, de gran resistencia al
uso en el tiempo, y con capacidad para pesar gramos con total fiabilidad. Su
principio de funcionamiento está basado en las propiedades de las palancas,
donde el peso del cuerpo a pesar se contrarresta con el contrapeso del pilón
que puede deslizarse a los largo de una regla graduada.
Aunque existen diversos modelos de romanas, todas tienen un
brazo en forma de regla graduada larga donde se lee el peso y otros más corto
del que se suspende el cuerpo a pesar, bien sea colocándolo en un plato o
colgándolo de un gancho.
Para equilibrar la romana hay que mover el pilón a lo largo
de la regla graduada. Cuando la romana está equilibrada, la barra graduada está
totalmente horizontal y el punto de la regla en que está situado el pilón
permite leer el peso de la mercancía.
Desde mediados del siglo XX las romanas fueron quedando
obsoletas y están siendo sustituidas por balanzas de muelles y, más adelante,
electrónicas de lectura directa, mucho más exactas y precisas. Su uso hodierno
queda limitado a zonas rurales poco desarrolladas.
Las pesadas con las romana, así como con la balanza clásica,
no dependen de la intensidad gravitatoria en el lugar, ya que su fundamento es
compensar los momentos creados por el cuerpo a pesar y el momento antagonista
que hace el pilón. Con una bascula electrónica, o con un dinámetro, el peso sería
diferente en función de la intensidad del campo gravitatorio.
Por ejemplo, si se coloca 1 Kg de tomates en el gancho de la
romana, el pilón de la romana no variara su posición, bien sea en el valle o en
el altiplano, si utilizásemos una báscula electrónica, la medida en el valle
será mayor que en el altiplano.

Es decir, la balanza y la romana comparan masas y la
báscula mide fuerzas.

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