Barón denuncia la grave situación que siguen sufriendo los conductores aún hoy, ya 1 de abril, por las reiteradas congestiones de tráfico en la principal vía de conexión con Málaga debido al desprendimiento de tierra en las proximidades de los túneles de Casabermeja
El alcalde de Antequera, Manolo Barón, ha manifestado su preocupación y malestar por la situación insostenible que viven diariamente los usuarios de la autovía A-45, debido a las frecuentes caravanas que dificultan seriamente el tránsito entre Antequera y Málaga. En declaraciones efectuadas este lunes tras visitar en persona la zona, Barón ha denunciado que estos problemas no solo afectan al día a día de los ciudadanos, sino que también suponen un obstáculo para el desarrollo económico y turístico de la ciudad y de toda la comarca.
Como solución inmediata y temporal, Barón ha propuesto que el Gobierno central libere el peaje de la autopista AP-46 y asuma el coste del mismo mientras se adoptan medidas definitivas para la A-45. El alcalde ha subrayado que «no se puede permitir más esta situación de caos que afecta a miles de conductores, especialmente en horas punta y fines de semana», destacando que esta medida permitiría descongestionar considerablemente la A-45 y mejorar de forma inmediata la movilidad y no sólo un día como ya se hizo.
Además, ha exigido una planificación urgente y una inversión real que garantice la fluidez del tráfico y evite los colapsos frecuentes. «Desde el Ayuntamiento llevamos años solicitando mejoras concretas, pero seguimos sin respuesta efectiva. Necesitamos soluciones inmediatas porque la ciudadanía no puede seguir sufriendo estos atascos continuos que perjudican enormemente a la economía local y regional, a lo que se une la ineficacia de las conexiones ferroviarias para estudiantes o trabajadores que se tiene que desplazar todos los días a Málaga», insiste el Alcalde.
Finalmente, Manolo Barón ha asegurado que continuará exigiendo respuestas claras y eficaces hasta que se solvente una situación que, según ha recalcado, no solo afecta negativamente a la calidad de vida de los antequeranos, sino también a la imagen y la proyección económica de la ciudad y de toda la zona.