El taller, que da empleo a una docena de vecinos del municipio, tiene una producción de unas 2.000 prendas textiles mensuales
Crece la actividad económica en el Polígono Industrial Posteruel con el taller Cuevas de San Marcos Textil. Ubicado en la nave número 23, esta iniciativa empresarial nace de la apuesta que hace la empresa Silma Gil Málaga de tomar las riendas de su propia producción, aprovechando el capital humano especializado que ya hay en el municipio.
Una docena de personas, vecinos del municipio, componen el personal de Cuevas de San Marcos Textil, procedente de la anterior cooperativa que trabajaba para este grupo. «Merecéis tener un puesto de trabajo como Dios manda», manifestó el alcalde José María Molina en la inauguración. Molina admitió que una de las cosas de las que se siente más orgulloso del mandato municipal que concluirá en mayo es haber podido colaborar en la puesta en marcha de este proyecto.
En este sentido, el gerente de la compañía, José Gil, agradeció el apoyo del Ayuntamiento a esta iniciativa empresarial, implantada en una nave de titularidad municipal, sobre la que ni el primer edil y ni Silma Gil Málaga descartan que siga creciendo. «Vamos a ir todos a una. Lo que pido es que vayamos todos en la misma dirección. Será un bien para todos y veréis como se saca esto adelante. Vamos a intentar ampliar un poco más», comentó el máximo responsable del taller.
Durante la inauguración, el alcalde de Cuevas de San Marcos, que estuvo acompañado por parte del Gobierno municipal, también reconoció que «ningún comienzo es fácil», pero está convencido de los buenos resultados de esta aventura empresarial porque «el equipo es impresionante».
El taller tiene una producción de unas 2.000 prendas textiles mensuales, siendo la camisería de caballero su segmento principal, trabajando tanto modelos clásicos como productos con cada vez mayor aceptación como poleras o guayaberas; aunque también comercializan otros productos como polos o bañadores.
Cuevas de San Marcos Textil tiene como clientes sobre todo a tiendas de ropa que trabajan con producciones relativamente pequeñas y que les supondría un coste mayor si hicieran el pedido a grandes talleres. La mayoría son pymes comerciales que también buscan contar el valor añadido de prendas hechas en España, y en este caso, en el corazón de Andalucía.
Desde la compañía matriz aseguran que el objetivo es seguir trabajando en su desarrollo estratégico para continuar creciendo tanto en capacidad productiva, como en instalaciones y en personal.