Mollina es Navidad y no solo por su gente, sus costumbres o por los destellos de las luces que iluminan en esta época del año cada rincón del municipio, sino que lo es por sus belenes, una pasión tan arraigada en la zona que se materializó hace siete años con un gran museo que pone en valor una de las tradiciones mejor conservadas por creyentes, historiadores y amantes del arte.
Desde su inauguración, que tuvo lugar en noviembre de 2017 por la Fundación Díaz Caballero, han pasado por el Museo Internacional de Belenes de Mollina en torno a 230.000 personas que han disfrutado de un lugar único en el mundo, dedicado a la conservación y la preservación del arte belenista, en el que se exponen de forma permanente un centenar de obras con más de 2.000 figuras.
El mayor centro cultural de belenes y dioramas artísticos de todo el mundo se convirtió en una realidad gracias a Antonio Díaz, Ana Caballero y Antonio Bernal, que aunaron su trabajo y pasión a través de este museo.
El belenismo cobra fuerza en Navidad
Qué es el belenismo sin la Navidad y qué es la Navidad sin el belenismo. Por mucho que nos hagamos esa pregunta, la respuesta siempre nos lleva al mismo lugar, y es que no se concibe algo que no sea una Navidad con sus belenes, en los que se retrata ya no solo la fe, sino una forma de vida y de celebrar estas fiestas.
«La mayoría de personas conocen el belenismo por la tradición de montarlo en su casa o ir a ver otros belenes. Pero aquí queremos que conozcan todo el arte que hay detrás de esta tradición, y que merece mucho la pena descubrir», comparten desde el Museo de Belenes de Mollina.
Este año, la exposición ha sido renovada con un gran mensaje social cargado de actualidad, dejando claro que el belenismo es mucho más de lo que parece. Al respecto, el museo ha querido hacer una oda a la paz con el diorama ‘Way to freedom’ (‘Camino a la libertad’), que recrea a una familia que huye de una guerra con una escenografía en la que se ve un graffiti con premios Nobel de Paz o una paloma rodeada de alambre de espino.
«Ya sea de la forma clásica, como marca la tradición cristiana, o de una forma más contemporánea, recordamos el drama de muchas otras familias y personas que buscan asilo en otros países en la actualidad», defienden.
Los conflictos bélicos, piezas principales de los belenes
Al contrario de lo que se pueda pensar, el belenismo no solo profundiza en motivos religiosos estrictamente dichos, sino que también relata y explora una realidad social, poniendo la mira sobre los problemas actuales y su impacto en el mundo.
De esta forma, en esta nueva temporada, el museo cuenta con tres piezas que ponen el foco en las consecuencias de los conflictos bélicos, tan de actualidad, como la Guerra de Ucrania o el que se vive en la franja de Gaza o zonas fronterizas entre Israel y Líbano. Así, ‘En la guerra también hay esperanza’, de Josep Font, ubicado en el recibidor central, se pueden ver los devastadores efectos de un bombardeo. Cerca a esta escena se encuentra ‘Hay otras huidas’, de José Ángel García, con una Sagrada Familia que bien podría representar a una familia de inmigrantes que necesitan asilo.
Otra de las novedades de este año es ‘La humilde limosna’, del gaditano Manuel de la Jara, con figuras de José Luis Mayo, que recrea el nacimiento de Jesús y en el que destacan los minuciosos detalles y su cuidada arquitectura con fragmentos como una placa en árabe con la leyenda ‘El agua es la fuerza motriz de toda la naturaleza’.
Como no podía ser de otra forma, el Museo de Belenes de Mollina también ha querido destacar la figura de los Reyes Magos de Oriente con la ‘Adoración de Reyes Magos’, compuesta por figuras de los productores Heide Hörner de hasta un metro de altura, obra de la Asociación Belenista de Fuente Álamo, que se asocia a un gran belén de estilo napolitano de esta misma entidad murciana con cerca de 70 figuras, entre personas y animales, de varios autores italianos.
Un gran número de novedades
El Museo de Belenes no deja de sorprender, renovándose e incorporando verdaderas maravillas que no dejan a nadie indiferente.
‘José y María buscan cobijo en una posada’, del barcelonés Jordi Bernal, con figuras de Salvatore, es una de las novedades de este año, al igual que la obra ‘Candil en la noche y oscuridad en el hogar’, de Juan de Dios Pavón y Ana Isabel Jiménez, con figuras de José Luis Mayo,que muestra el Nacimiento de Jesús en un casa-cueva con un exterior nevado por donde vienen algunos pastores.
También es nueva, y con figuras de Ribes, ‘Huyendo a Egipto’, cuya escenografía de Mauricio Yuste recrea un paisaje egipcio en el que, desde el templo de Edfu en ruinas donde descansa la Sagrada Familia, se observan las pirámides y la gran esfinge de Guiza al fondo.
Ubicado en el polígono Casería del Rey de Mollina, el Museo Internacional de Arte Belenista acoge para esta temporada otros cambios en la sala 3 y en la 2, dedicada a obras de un formato más pequeño de autores tanto nacionales como internacionales.
Además, todavía se puede disfrutar en la sala temporal la tercera muestra de escena de la Pasión, con una docena de obras que recrean pasajes bíblicos sobre Jesús de Nazaret, desde la entrada en Jerusalén hasta la Resurrección. A ello se suma la zona exterior con la exposición de parte de una almazara de aceite, las estancias de una casa popular andaluza de principios del siglo XX y la maquinaria agrícola del pasado.
«Más allá de la religiosidad y el recuerdo del Nacimiento de Jesús de Nazaret, es una actividad que a lo largo del tiempo ha contribuido a la transmisión del conocimiento de la cultura popular», explican desde el museo, ya que en los belenes «se da visibilidad a los oficios tradicionales, vestuarios o estilos de vida de antaño, acercándolos de esta forma a la gente».
El Museo Internacional de Belenes de Mollina se convierte así en un espacio dónde vivir la magia de la Navidad, el arte y la historia de una forma cercana y humana, adentrándose en un libro de sabiduría abierto para todos aquellos que se animen a visitarlo.
«No hay un lugar en el mundo donde se puedan ver en un mismo espacio tantas obras belenistas, tan variadas y de una calidad tan excepcional. Este museo quiere ser precisamente un lugar donde poner en valor ese arte belenista que hay en todo el mundo y acercarlo al gran público”.