El bloqueo de Rusia y la sobreproducción en Castilla- La Mancha hunden la campaña de la cebolla tardía

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El conflicto de Ucrania y el consiguiente veto de Rusia a la entrada de productos occidentales afecta muy negativamente al sector de la agricultura. A pesar de la distancia, la crisis ucraniana salpica la salida de la cebolla tardía, más conocida como reca, cultivada en más de cincuenta explotaciones de la comarca de Antequera. A ello se suma la sobreproducción y retardo de la cebolla en Castilla-La Mancha, que ha provocado unos precios muy bajos, con pérdidas inevitables si continúan en picado.

Los agricultores de Castilla se han decantado este año por la cebolla, dejando de lado la producción de melón que es habitual en estas tierras y que el pasado año dejó pérdidas. Esto ha generado una sobreproducción, que se ha unido a la de algunos países europeos como Francia y Holanda, provocando una saturación del mercado que frena la habitual exportación de la cebolla de la vega antequerana.

La recolección de la cebolla tardía arrancó a mediados de agosto y tocará a su fin en una semana, con unos precios que ahora se colocan a 7 céntimos el kilogramo, siendo de hasta de 5 céntimos para las cebollas menos comerciales. La misma suerte corrió la cebolla temprana, cuya recolección se produce entre mayo y junio. El producto arrancó con una venta fructífera, que se truncó con la caída de precios.

«Ahora mismo estamos en el umbral mínimo para que el agricultor no tenga pérdidas. Hay poco margen de maniobra por parte de los agricultores. Son la única empresa que no pone los precios a sus productos, tan sólo preguntan cuánto le pagan», señala Carlos Carreira, el responsable de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) en Antequera.

Del mismo modo, Carreira apunta que mientras continúen el veto ruso y los canales de distribución se encuentren en manos de las grandes empresas el agricultor estará en apuros.

«Las grandes superficies son las que controlan los precios y al final el último eslabón de la cadena, que es el agricultor, es quien tiene que sufrir las pérdidas» lamenta el representante de Asaja en Antequera.

Unas 200 hectáreas de terreno han estado sembradas de cebolla tardía, con una recolección que concluirá en las próximas semanas y que como cada año se saldará con unos 15 millones de kilogramos de producción en la provincia de Málaga, concentrada en Antequera.

Se trata de una cebolla más resistente, por las capas que la cubren, lo que permite conservarla en cámaras frigoríficas e ir dándoles salida hasta el mes de marzo del próximo año. Esa es la intención de los agricultores, que tienen las esperanzas puestas en que suban los precios.

Así, lo explicó, Juan Antonio Romero, gerente de Horticultores El Torcal. Romero confía en que se recuperen los precios en la venta final del producto para cubrir gastos, resaltando la calidad de la cebolla reca de esta campaña.

No obstante, el gerente de Horticultores El Torcal se muestra desconfiado: «La perspectiva en los próximos meses no se ve nada halagüeña. Creemos que va a seguir bajando el kilogramo de cebolla». Romero incide que la venta debería rondar los 12 céntimos o que, por lo menos, «los precios se sigan manteniendo».

Los agricultores de la Vega de Antequera lamentan el «pésimo» año agrícola«Un año pésimo». Ese es el balance que hacen algunos agricultores de la Vega de Antequera al mirar hacia atrás y comprobar las pérdidas de campañas pasadas como la de la patata. Miguel Morales lo define como «un año cuesta abajo», ya que todas las esperanzas estaban puestas en la campaña de la cebolla tardía para recuperar las pérdidas, pero dudan que los precios suban a lo largo del año. «El coste de un kilo de cebolla para el agricultor es de 7 céntimos con lo que estamos salvando los trastos», subraya Morales.

José Antonio Tortosa, por su parte, muestra su rabia ante el producto que ha quedado en la tierra y el «doble trabajo para nosotros esperando el producto». El cultivo de cebolla es costoso y «no cubrimos costes. Lo que no sea de 15 céntimos el kilo en adelante es perder dinero». Tortosa destaca la elevada tarifa eléctrica «que esta por las nubes», los abonos, los fitosanitarios y el combustible. «Esperamos que el año que viene sea mejor», concluye este agricultor de la vega antequerana.

Así, la frustración del agricultor aparece cuando se acerca a un supermercado y comprueba que el kilogramo de cebolla que le pagan a 7 céntimos marca 60 en las estanterías de las grandes superficies. Francisco Jesús Paradas Campos, agricultor antequerano, no deja de sorprenderse con el precio del producto final y el beneficio que reciben los intermediarios y los supermercados.

«No sé lo que vamos hacer. Subsistimos porque somos pequeñas explotaciones y trabajamos más horas que nada. Me levanto a las 7 de la mañana y hasta las 9 de la noche estoy en la tierra», explica Paradas.

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