El exceso de sol puede volvernos nerviosos, depresivos y psicóticos, articulo escrito por Maria José Navarro

1
11

Durante el
verano, cuando precisamente el sol brilla más intensamente, para muchas
personas pareciera que no existe nada mejor que tumbarse al sol horas enteras,
para luego por la tarde, relajado y bien bronceado, salir a lucirse a algún
sitio. Sin embargo de forma generaliza se sabe que este abuso de sol es hoy día
bastante peligroso para la piel. Esa energía solar que nos irradia día a día
influye en nosotros, nos da calor y nos proporciona energía, pero en base a
estudios y experiencias clínicas se sabe que se está volviendo más intensa y
peligrosa.
En los últimos
años y tal vez en las últimas décadas, la irradiación y la intensidad del sol
se han vuelto mucho más intensas. Esto se ve también en que han aumentado
significativamente los casos de cáncer de piel. La razón es que la capa de
ozono, que es la capa protectora de la Tierra contra esta intensa radiación
solar y contra los rayos ultravioleta, va reduciéndose, por lo que la piel no
sólo sufre una quemadura de forma aislada, si no que graba en sí las
informaciones de todo lo que recae sobre ella. Las consecuencias de esta
“irresponsabilidad” para con nosotros mismos han sido advertidas desde hace
años por los dermatólogos. De hecho, las enfermedades cutáneas han aumentado
notablemente en los últimos años.
Pero desde
hace años llegan también informaciones y advertencias desde otras fuentes. Por
ejemplo a través de la profecía para el tiempo actual sabemos que “durante
el mediodía las corrientes magnéticas conducen más partículas solares a la
Tierra. Estas no sólo traspasan al planeta, si no también a los seres humanos,
porque ellos son parte de la Tierra. La absorción consciente de este portador
de energía es aconsejable sólo cuando la persona no se expone directamente a la
intensa irradiación solar. El calor del mediodía no es bueno para los nervios
humanos, pues el exceso de partículas solares puede producir, bajo determinadas
circunstancias, una gran inquietud y la crispación del sistema nervioso.
Provocando un efecto de lastre que carga a la glándula tiroides en el cuerpo
del hombre, lo que por su parte produce diferentes alteraciones en el organismo
humano».
En base a este
mensaje queda claro que no sólo la piel queda sometida a una exposición solar
exagerada que nos broncea, si no que existen daños colaterales apenas
perceptibles a simple vista. Una de las consecuencias más conocidas es el
cáncer de piel, pero no la única. El sistema nervioso del ser humano se ve
afectado, con lo que la persona puede volverse más nerviosa, excitable,
depresiva e incluso psicótica. Las conocidas insolaciones que producen a simple
vista dolor de cabeza, fiebre y excitabilidad, pueden tener consecuencias que
la ciencia va conociendo paulatinamente, pero que hace más de 25 años fueron ya
advertidas a través de las manifestaciones dadas por el mundo espiritual.
Si bien es
cierto que la luz nos anima de alguna forma, y que incluso es recomendable en
dosis bajas para la fijación de la vitamina D, en situaciones extremas de
exposición exagerada y cuando el sol irradia con intensidad, hay que tomar
precauciones. Un estudio realizado en Baviera (Alemania) demuestra que se ha
producido un aumento del 10% de la irradiación de rayos ultravioleta, lo que no
solo es perjudicial para las personas, si no que lo es también para las plantas
y naturalmente también para los animales.
Mª José Navarro

Del programa: Siembra y cosecha

PUBLICIDAD

1 COMENTARIO