El Instituto de Educación Secundaria de Sierra de Yeguas vuelve a estar de enhorabuena gracias al reconocimiento de la Consejería de Educación de la Junta, el Premio Rosa Regás por su proyecto coeducativo.
Casi una década hace desde que María José García Notario llegó al centro como profesora, años en los que ha ido enseñando a los alumnos y alumnas sobre educación, igualdad y solidaridad. “El año pasado nos planteamos dejar constancia de las cosas que hacíamos. Hay un equipo impulsor de cuatro o cinco profesores y además colabora el resto del profesorado”, señala García, quien ahora ejerce también como Jefa de Estudios.
Desde la adhesión del centro a la Comunidad de Aprendizaje, la implicación del profesorado y del alumnado ha sido constante y ha favorecido la puesta en marcha de diferentes proyectos como ‘Moldeando la Igualdad’. «Una apuesta por la Coeducación que permite educar en igualdad, sirve para plantar una semilla en el alumnado y convertirlos en grandes mujeres y hombres”, según García.
En la mayoría de la didáctica se trabaja con material audiovisual, con lecturas, debates y metodología diversa. «Encontramos enemigos que hacen mucho daño con los estereotipos de la mujer, por eso trabajamos para enseñar a los alumnos la realidad. Los premios animan a seguir trabajando, pero al final son lo de menos porque lo rico y lo bueno está en el proceso y en todas las redes que se van creando”, reitera García.
Redes que llegan hasta los escolares en forma de solidaridad y con un proyecto propio por el que el Instituto también ha sido galardonado recientemente, ‘Una escuela construye otra escuela’, Premio Nacional de Educación para el Desarrollo Vicente Ferrer. Una iniciativa que surgió en una clase de primer curso el pasado año y que permitirá la construcción de un colegio en Anantapur (India).“Estábamos en Valores Éticos y llegó la seño María José, nos comentó hacer un trabajo sobre una escuela y nos pareció muy bonito, porque tenemos suerte de estar aquí estudiando y queremos que otros también vivan lo que nosotros tenemos”, comenta una alumna de segundo curso, Ainhoa Polinario.
“Me parece una idea muy gratificante para el alumnado porque te ayuda a concienciarte sobre qué les pasa a otras personas que no tiene la posibilidad de desarrollar algunas cosas como tú, como ir al colegio o tener material escolar”, detalla otro de los alumnos de cuarto curso, Ángel Campos.
Y aunque para María José la implicación, responsabilidad, participación y compromiso del alumnado son difíciles de percibir por su incesante trabajo durante estos años, el profesor de Lengua y Literatura, Juan Carlos Rodríguez Aguilar, que se incorporó el pasado año al Instituto y trabaja a deshoras junto a ella para que las ideas vean la luz, sí que los advierte. “Los cambios no se dan de manera inmediata, pero te das cuenta de que lo que hiciste en su momento, surtió efecto y hace mella. De un año para otro hay bastantes cambios, además, yo que vengo de fuera veo cómo van creciendo en esos aspectos”, subraya.
Ambos forman un gran equipo que el pasado mes se trasladó hasta República Dominicana para ver la realidad del país. Una experiencia que ha sido una “lección de vida” y que contarán a través de imágenes y materiales didácticos al alumnado el próximo 30 de enero con motivo del Día de la Paz. “Uno siempre trabaja las cosas de manera desinteresada y cuando tienes vocación en tu profesión… la satisfacción es diaria, pero cuando se reconoce es un aliento para seguir”, finaliza Rodríguez.