Sí la pasada campaña los precios de la patata temprana fueron ínfimos y la escasa demanda paso factura, situándose por debajo de los costes de producción, este año la cotización del tubérculo se desploma por la entrada de la verdura vieja procedente del país galo.
COAG lamenta que las grandes superficies vendan como patata nueva española (recién sacada de la tierra) el tubérculo almacenado durante seis meses en cámaras frigoríficas procedente del país galo. “La patata vieja, al estar a baja temperatura durante mucho tiempo pierde agua, lo que provoca una alta concentración de almidón que se transforma en azúcar dando lugar a un producto poco saludable”, subrayó responsable del sector COAG, Alberto Duque.
Por su parte, el coordinador de administración de Horticultores El Torcal, Francisco Pérez, señala la escasa calidad del tubérculo francés: “una patata más dura, con menos sabor”.
Al problema de la entrada de la patata gala se suma al adelanto de la campaña en varias regiones del país lo que satura el mercado e incide en la bajada de precios.
De este modo, debido a la saturación del mercado Horticultores El Torcal incluso ha pensado, según Pérez, la conservación de la patata en cámaras frigoríficas, pero “aun no sabemos aunque el tiempo se nos echa encima”. No obstante, los agricultores luchan por dar salida a la verdura y esperan que las cadenas de distribución apoyen al producto español.
Asimismo, COAG propone incentivar las políticas de valorización y diferenciación de la patata, así como la puesta en marcha de mecanismos de regulación de mercado que faciliten la salida de la producción de forma ordenada.