Como cada año, desde hace casi cuatro décadas, la pequeña pedanía de la Higuera vuelve a recibir la Navidad a ritmo de verdiales con su tradicional Romería de Jeva, que un año más ha alumbrado las fiestas en la zona Sur del Torcal.
Desde primera hora de la mañana, como es costumbre, los vecinos más madrugadores se reunieron para tener todo a punto para la hora de la celebración, que tuvo su inicio en torno a las once de la mañana. “Antes de ir para la ermita siempre nos gusta reunirnos antes, hablar de lo que será el día y disfrutar también de esos momentos previos a que comience todo”, comparte Juanjosé, un vecino de la Joya que no recuerda un año en el que se haya perdido la festividad.
Con el repique de campanas a las diez de la mañana se abrió el telón de una de las fiestas más arraigadas de la provincia de Málaga, que cada año marca el inicio de las celebraciones navideñas.
Desde el centro de la Higuera, pasando por la Torre hasta llegar a Jeva, un gran séquito de romeros al compás de verdiales y el tintineo de los caballos marcharon hacia la ermita, llenando el camino del color de las bandas y las vestimentas típicas a su paso. “Este camino es lo que más se disfruta, cantamos acompañados por nuestros caballos y celebramos que estamos aquí un año más para disfrutar de esta fiesta”, celebra Jesús mientras toma su laúd para seguir con la marcha.
Tras el acto religioso, a las once de la mañana llegaría uno de los momentos más esperados del día con el choque de pandas de El Capitán, San Lorenzo de Abdalajís y Aires del Torcal y Lomas de Rojas, tocando al unísono de dos en dos y mostrando un espectáculo para todos los asistentes, muchos de ellos llegados al lugar desde distintos puntos de Málaga.
“Es el primer año que venimos, un amigo nos habló de esta fiesta y no le pudimos decir que no”, comparte José Manuel, que viene por primera vez desde Fuengirola y confiesa que no será la última. “Nunca había visto un choque de pandas y es genial, la música nos ha encantado”.
La fiesta continuó a las doce del mediodía con la procesión de la Virgen de la Purificación, cuyo retrato fue portado a hombros por los romeros, que la lucen con orgullo cada 25 de diciembre. Tras el paso, los vecinos y visitantes disfrutaron del tradicional concurso de coplillas por Verdiales y la ofrenda musical a la Virgen, que puso la guinda del pastel a la celebración.
Una Virgen con historia
La Virgen de la Purificación tiene un gran significado para los vecinos de la zona. Hace milenios se forjó una tradición que continúa a día de hoy, y es que son muchas las familias que se desplazan hasta la pequeña ermita para pedir por sus familiares y la bonanza del futuro. Tradición que se ha conservado entre generaciones, otorgándole un gran valor a Jeva y su entorno.
“En los momentos más difíciles le he pedido a mi Virgen que me ayude, y me gusta pensar que de una forma u otra ella ha estado ahí, escuchándome y haciendo que las cosas sean más fáciles”, detalla Rosario mientras alza su mirada hacia el retrato de la Santa.
Con 36 años a sus espaldas, esta celebración no tiene otro objetivo que el de rendir homenaje a su Virgen, una imagen con una gran devoción en la zona cuya su ermita es considerada un lugar de culto y de peregrinación para muchos devotos de la Purificación, que llegan a recorrer largos kilómetros con el fin de visitar la capilla de Jeva, cuyo origen data de finales del siglo XV.