Expertos de la Universidad de Córdoba señalan el riesgo de la aparición de la avispilla del castaño la próxima primavera

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Los agricultores del Valle del Genal, en la Serranía de Ronda, están preocupados por el futuro de su economía. Todas las miradas están puestas en un insecto, la avispilla, que está atacando a los castaños silvestres (que no dan frutos) de las zonas limítrofes y lo más probable es que la plaga se extienda a la zona más productiva de toda Andalucía. Así, expertos de la Universidad de Córdoba señalan el riesgo de que la avispilla del castaño afecte a la producción del Valle del Genal la próxima primavera. Este insecto y sus consecuencias son objeto de estudio en el proyecto ‘Un enfoque integrado para la gestión sostenible del castañar en España’, de la UCO.

Las pérdidas económicas que podría ocasionar este parásito son incalculables. Afectando también al paisaje e inevitablemente al turismo. La avispilla (Dryocosmus kuriphilus) llego a la provincia esta pasada primavera quedando en las fronteras del Alto Genal, y sin dar todavía señales de presencia en la zona. Habrá que esperar hasta la primavera para comprobar si la avispilla ha depositado sus huevos en las yemas del árbol, lo cual impediría que diera frutos.

Hasta el momento, en los focos de avispillas aparecidos en la provincia la Junta de Andalucía actuó cortando árboles, quitando ramas, o eliminando yemas. Aunque, según explica el profesor Titular de Entomología Agroforestal en el Departamento de Ciencias y Recursos Agricolas y Forestales de la UCO, Enrique Vargas Osuna, «sería inviable la destrucción masiva de castaños. Es un método que es útil cuando está muy localizado el foco, si está muy extendido no es suficiente, pero esta medida hay que tomarla».

Frente a ello, la única solución razonable según organizaciones agrarias, agricultores o la propia UCO es controlar al insecto, porque su destrucción es inviable. La única forma es a través de la introducción de un parásito, enemigo natural de la avispilla: Torymus Sinensis. La suelta de este insecto, según indica el profesor Vargas Osuna, no provocaría previsiblemente ningún daño, aunque puede generar un desequilibrio «difícil de predecir». A pesar de ello hay que correr el riesgo al presentarse como la única solución fructífera.

La primera instrucción del insecto se podrían llevar a cabo, según expone el profesor, mediante la compra de las crías en la Universidad de Turín, para más tarde ir realizando poco a poco sueltas periódicas del parásito y que este sacase crías a medio y largo plazo.

Aun no hay un proyecto concreto al respecto, pero la Junta de Andalucía ha presupuestado unos 200.000 euros para el control e investigación de la plaga, que lleva desde abril desarrollando. Una inversión que también irá destinada a la compra del depredador previendo la aparición de la avispilla en primavera.

De otro lado, desde la Universidad de Córdoba intentan descubrir las preferencias de la avispilla frente a determinadas especies de castaños para conocer las zonas de especial riesgo, así como para buscar plantaciones nuevas menos susceptibles.

Por su parte, José Antonio Gómez, el alcalde de Ojén, el primer municipio donde apareció esta lacra en la provincia, teme que la avispilla afecte al castañar de Juanar, uno de los principales reclamos turísticos de la zona. Del mismo modo, Francisco Escalona, alcalde de Igualeja y agricultor de castañas, muestra su preocupación señalando que «es una fuente de ingresos importante para sus vecinos».

Asimismo, José Antonio Domínguez, agricultor, insiste que «en cada campaña se suelen obtener por agricultor unos 5.000 euros y ese es un dinero para todo el año. Si se perdiera tendría que intervenir Caritas, porque nos quedaríamos sin nada».

Por otro lado, el técnico de Asaja Málaga en Ronda, José Carlos Ruiz, espera que «se suelte el depredador si aparecen plagas». Como también lo esperan Ecologistas en Acción que a través de su portavoz en Málaga, Rafael Yus, consideran que es «una salvajada cortar los arboles. Con un depredador o enemigos de este insecto se puede producir una merma en la avispilla”.

En definitiva, la introducción del Torymus Sinensis se presenta como la solución más viable, además de la más apoyada por el sector y las administraciones para acabar con un insecto que daña fuertemente al castaño, sin provocar daño alguno sobre el ser humano.

Origen Avispilla
La avispilla del castaño –Dryocosmus Kuriphilus–es un insecto originario de China, que se extendió por Japón. En Europa no apareció hasta 2002 y en España aterrizó en Cataluña en en 2011, para más tarde extenderse a Cantabria y a Galia. Su huella la dejo esta pasada primavera en la provincia de Málaga, cuando se detectó una importante colonia de este insecto en el paraje de Juanar, próximo a Ojén. En Pujerra también se encontró un ejemplar de la avispilla.

¿Cómo actúa la avispilla del castaño?
La introducción de la avispilla del castaño en España se desconoce, aunque todo apunta al transporte de mercancías vegetales de unos países a otros, sin el debido control. Este insecto vuela en la época estival. Es un año antes de que brote el castaño cuando el Dryocosmus Kuriphilus deposita sus huevos en las yemas del árbol. No es hasta la primavera cuando sus huevos nacen en las yemas para reproducirse.

¿Qué efectos produce la avispilla del castaño?
Los agricultores de castañas no conocerán la presencia de la avispilla hasta la primavera. El insecto deposita sus huevos en las yemas del árbol y al brotar en lugar de desarrollarse las ramas aparecen las agallas. Se trata de unos abultamientos del tejido, donde se desarrolla la avispilla, que impiden que progrese la brotación del castaño, lo que hace que frene la producción de castañas y que sus ramas se desarrollen normalmente.

Tyrumus sinensis: posible solución
La solución más viable que estudian los expertos es la introducción de un insecto parasito, enemigo natural de la avispilla, ya que al acabar de llegar a la zona no tiene parásitos autóctonos que los persigan. El Torymus sinensis es de origen Chino y se alimenta de las lavas de la avispilla. Se trata de un control biológico natural mediante la introducción y suelta de este parasito, para impedir daños mayores.

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