La Patrona Santa Eufemia salió en procesión por las calles de Antequera en un recorrido que fue acompañado de la Agrupación Musical Resurrección de Sierra de Yeguas y donde destacó la presencia de «submarinos» bajo el trono de la Santa.
A las siete de la tarde y de forma puntual, las puertas del templo de Santa Eufemia se abrían para dar comienzo con la procesión patronal.
Más de medio centenar de hermanacos portaron a la Sagrada Protectora de la Ciudad, que para este año ha tenido como novedad que bajo su trono existía un pequeño grupo de hermanacos submarinos que también han portado el trono.
El acompañamiento musical ha sido a cargo de la Agrupación Musical Resurrección de Sierra de Yeguas, que puso por segundo año consecutivo la nota musical a la Estación de Penitencia que realiza esta Hermandad, ya que tras cada marcha procesional se esconde una oración o petición por parte del grupo de cofrades de la Hermandad.
La procesión salió desde su templo en la Plaza de Santiago y recorrió calle Carrera de Madre Carmen, donde pasó ante las puertas de la Iglesia de la Victoria con ofrenda a la Beata Madre Carmen; continuó por plaza de las Descalzas, calle Encarnación, Plaza San Sebastián (donde se realizó oración ante el Sagrario y ante los Sagrados Titulares de la Cofradía del Mayor Dolor, en un lugar donde se instaló la primera de las candelas), continuó por Infante para pasar ante el monumento homenaje a la Semana Santa de Antequera donde se interpretó la marcha «Costalero» y las puertas de la Iglesia de San Agustin, sede de la Cofradía de la Pollinica.
La Cofradía continuó su recorrido procesional bajando por calle Lucena hasta llegar a la Cruz Blanca donde se acercaron hasta el pórtico de la Iglesia de San Pedro, sede de la Cofradía del Consuelo, hermanada con la Hermandad Patronal.
Antes del encierro la procesión siguió por calle San Pedro hasta llegar a la Plaza de Santiago donde también se instaló una candela. Pasadas las once de la noche, la imagen entró en el interior del templo donde volvieron a vivirse momentos de emoción y devoción a la Santa, donde se interpretaron diversas marchas siendo las ultimas mecidas hasta el próximo año.