Gestión de fondos en internet: Consejos para mantener tus datos (y tu dinero) a salvo

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Si tú también gestionas tus finanzas personales a través de una pantalla y haces compras de bienes y servicios por internet, no estás solo. Actualmente más de 30 millones de personas en España han adoptado este hábito.

Sin embargo, esta tendencia obliga a proteger nuestros fondos. Las amenazas están a un clic: desde suplantaciones de identidad hasta plataformas de juego poco fiables. A continuación, te ofrecemos una guía práctica basada en datos de INCIBE (Instituto Nacional de Ciberseguridad) para mantener tu dinero y tus datos personales a salvo en la red.

Dinero en juego

Antes de probar suerte en un casino online, verifica que se trate de un sitio confiable. Lo ideal es aprender cómo registrarse en un casino seguro en España antes de empezar una sesión de juego por primera vez. Los portales que figuran en el listado de la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ) son los únicos que ofrecen garantías verdaderas de seguridad y transparencia.

Aún cuando se trata de un casino legal en España, también es conveniente revisar las políticas de depósitos y retiradas. Un buen indicio de confiabilidad es que los retiros de dinero se procesen en un plazo aproximado de 24 horas. Este detalle no solo habla de agilidad, sino también del compromiso de la plataforma con sus usuarios.

Además, cuantos más métodos de pago acepte un casino (como transferencias bancarias, tarjetas, monederos electrónicos e incluso criptomonedas), más probable es que cuente con un sistema robusto de seguridad y cumplimiento normativo. En resumen: si hay dinero en juego, hay que jugar seguro.

Contraseñas difíciles de adivinar en las aplicaciones del banco

Las aplicaciones de banca son un acceso directo a tus ahorros y a tus métodos de endeudamiento, por lo tanto, cuanto más seguras, mejor.

Sin embargo, todavía mucha gente usa contraseñas de acceso con combinaciones simples o datos personales que resultan muy fáciles de vulnerar con herramientas automatizadas (por ejemplo, a través de la IA).

Una contraseña robusta debe tener, al menos, doce caracteres e incluir una combinación de letras mayúsculas y minúsculas, números y símbolos. No debe contener datos personales (como tu nombre o fecha de nacimiento) ni secuencias predecibles (como “123456” o “abcdef”). Tampoco conviene reutilizar contraseñas anteriores o similares.

Una técnica eficaz y fácil de recordar es utilizar frases complejas con patrones reconocibles solo por ti. Por ejemplo, en lugar de una palabra suelta como “dinero”, puedes optar por una cadena como M3Gu$t4L4Mu$¡c@ (que casi puede leerse como “me gusta la música”).

Sin embargo, aunque sea impráctico, los expertos del antivirus Kaspersky aseguran que lo ideal es optar por contraseñas largas de combinaciones totalmente aleatorias como “j+b”3?9&⅔…rd!93#”.

Doble autenticación, sobre todo en cuentas sincronizadas

Google no es Dios, pero está en todas partes. Si tienes un teléfono Android y usas Drive + Google Pay, con un único hackeo un ciberdelincuente podría tener acceso a tus documentos sensibles y a tus tarjetas de crédito.

Esto significa que cualquier resguardo extra es bienvenido. La autenticación en dos pasos o doble factor es un sistema que añade una segunda barrera más allá de la contraseña, generalmente en forma de código que llega a tu móvil, app o a un correo secundario.

En cuentas de Apple, de Microsoft, de Google o de cualquier aplicación de billetera, este resguardo puede marcar la diferencia entre un intento frustrado de acceso no autorizado y meses de problemas por una vulneración de las cuentas.

No se trata de complicar el acceso a tus propios servicios, sino de hacerlo mucho más difícil para los demás. Unos segundos extra en el inicio de sesión pueden proteger años de información valiosa.

¡Cuidado con los correos!

El phishing es una de las técnicas más comunes (y peligrosas) utilizadas por ciberdelincuentes para robar información confidencial. Funciona así: recibes un correo electrónico que aparenta ser de una entidad legítima, como tu banco o una red social, solicitándote información personal o invitándote a hacer clic en un enlace.

Ese enlace, sin que lo sepas, puede llevarte a una página falsa o instalar un software malicioso en tu dispositivo. Aunque parezca simple, muchos usuarios caen porque estos correos están cada vez mejor diseñados. Los estafadores tuvieron un “salto de calidad” gracias a la IA y ahora escriben con menos faltas de ortografía y mejor uso del lenguaje o el diseño.

Lee la guía del INCIBE

Ante este tipo de amenazas, particularmente comunes en España, instituciones como el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) han desarrollado recursos educativos para ayudar a los usuarios a protegerse.

Una de sus herramientas más útiles es la Guía de fraudes online, que expone de forma visual y práctica los tipos de engaños más comunes que circulan en internet.

Esta guía consta de nueve fichas temáticas, cada una centrada en un tipo específico de estafa: desde el clásico phishing hasta falsos préstamos, tiendas online fraudulentas, falsas ofertas de empleo o sextorsión.

También se abordan temas menos conocidos pero igual de peligrosos, como perfiles falsos en redes sociales o fraudes relacionados con compraventas entre particulares. Este último consejo puede ser de vital importancia en la región de Antequera, donde muchas personas usan redes para comprar y vender objetos usados.

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