La cultura del aceite, una asignatura pendiente

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«La cultura del aceite es una de las grandes asignaturas pendientes de la sociedad actual», así justifica Francisco Lorenzo Tapia, presidente de la Asociación ‘Olearum, Cultura y Patrimonio del Aceite’ la labor de esta asociación, sin ánimo de lucro y de ámbito nacional, constituida en noviembre de 2007 en tierras antequeranas a raíz del interés de una serie de productores, almazareros, intelectuales, técnicos y amigos en general del mundo del aceite de oliva que agruparon sus esfuerzos para defender y divulgar la cultura del olivo y el patrimonio a él ligado.

Este año, Olearum tenía previsto celebrar en abril su XIII Congreso, pero dada la situación fue imposible llevarlo a cabo; sin embargo, -desde la junta directiva de la asociación, en colaboración con el Ayuntamiento de Antequera y el Museo de la Ciudad (MVCA)- sí que se ha querido inaugurar la exposición ‘Lux Oleum’, uno de los elementos más importantes del congreso y donde Olearum, ha colaborado activamente cediendo piezas de sus asociados. Una exposición que recoge una importante selección de soportes para la iluminación, «desde una estalagmita usada para iluminar a los hombres y mujeres que plasmaron sus pinturas y grabados en la Cueva de Doña Trinidad Grund de Ardales en el Paleolítico superior hasta, la pieza más representativa de la muestra, el Efebo de Antequera que, por primera vez desde su descubrimiento, estará en su contexto original, mediante la recreación de un triclinium o comedor de época romana donde se recreará su original funcionalidad como lampadario de lujo de aceite», informa Paco Lorenzo.

Sin duda, el aceite de oliva, alimento vertebrador de la Dieta Mediterránea, ha estado siempre ligado a ritos, religiones y tradiciones de nuestra cultura. «Hoy en día, si pensamos en aceite de oliva pensamos en alimentación, aunque esto no siempre fue así, ya que el aceite tenía innumerables usos, siendo uno de los principales la iluminación», asegura Francisco. «Desde la Prehistoria hasta bien entrado el siglo XX, la humanidad ha utilizado este regalo natural como fuente de iluminación con el soporte de infinidad de elementos como lucernas, candiles, palmatorias, faros, velones o lámparas de aceite», añade.

Tan importante ha sido el vínculo entre aceite e iluminación que al aceite que no era apto para ser comido se le llamó lampante, por ser usado en lámparas. «Ese término se sigue usando para aceites que por sus defectos no pueden ser consumidos directamente y son enviados a una refinería».

«La luz es algo muy importante en el ámbito de las tres principales religiones del Mediterráneo», hecho que está también representado en Lux Oleum. Los edificios religiosos debían ser luminosos, como reflejo de la Luz de Dios. «Los estudiosos dicen que en la Catedral de Sevilla había tantas lámparas de aceite como días del año y que en la Mezquita de Córdoba se usaban mil arrobas – lo que equivalen a once mil quinientos litros- de aceite al año».

La muestra reúne una importante selección de soportes de iluminación con aceite de oliva desde la Prehistoria hasta la actualidad. Una cuidada selección de lucernas fenicias, romanas y candiles andalusíes de cerámica y su desarrollo hasta llegar a las iluminarias metálicas como las que usara el celebérrimo pintor antequerano Cristóbal Toral para sus primero dibujos siendo un niño, que sumado al atractivo de contemplar El Efebo de Antequera tal y como se concibió en el siglo I d.C. con todos su detalles, -desde sus ojos de pasta vítrea hasta la lucerna que pudo portar para iluminar la réplica, a escala 1:1, de uno de los mosaicos más bellos de la península Ibérica: el del Planetario de Itálica-,  hacen que la exposición muestre un carácter más propio y cercano a la población antequerana. El Efebo  fue la principal causa para la creación del MVCA en los años 60 del siglo XX. Hoy, se convierte de nuevo en luz para la cultura y el patrimonio oleícola en Antequera.

Y dado que una de las lámparas de aceite expuestas es de estilo persa, podríamos frotarla como Aladino y pedir tres deseos: que sigamos utilizando el aceite de oliva virgen extra como alimento saludable; que conozcamos su ancestral historia y que nunca nos quedemos a oscuras.