El pasado 6 de Diciembre los españoles conmemoramos el XXXV aniversario del mayor ejemplo de consenso y acuerdo en la historia de nuestra querida España, la Constitución de 1978. Los españoles, fruto del esfuerzo y tesón, nos dimos un texto constitucional que fue la culminación a un proceso de transición de una dura dictadura a la democracia, y que fue, es y será modelo a seguir en todo el mundo. Por ello, no podemos permitir que haya quienes a diario utilicen tal esfuerzo colectivo, como si de un pañuelo de usar y tirar se tratase. Por un lado, los nacionalistas vascos y catalanes con su cortina de humo de petición de la “independencia”, y por otro lado, los socialistas con su repentino interés de reforma del Estado hacia un modelo federal.
Pero ya nada nos sorprende, si en aquella época tan trascendental para España, los nacionalistas vascos se retiraron del proceso de elaboración de la constitución y los socialistas “rezaban” para que el Partido Comunista fuera legalizado lo más tarde posible para “que se subieran al tren ya puesto en marcha”, ¿como somos tan “osados” pretendiendo que los mismos que en aquélla época ponían “condiciones” al proceso constitucional y democrático, hoy vengan a “arrimar el hombro” para seguir construyendo España? Con esto no quiero decir que no hayan ayudado al proceso constitucional y democrático, pero si es verdad que han intentado actuar dentro de unos límites a veces muy peligrosos para dicho proceso.
Los partidos políticos y muy especialmente aquellos que tienen un apoyo mayoritario dentro de la sociedad, deben de actuar de forma responsable a la hora de hablar de “reformar” la Constitución, nunca es momento de “jugar” de forma tan irresponsable con tal tema y menos ahora con la Ley Suprema de nuestro ordenamiento jurídico. Y es el Partido Socialista y los partidos nacionalistas de apoyo mayoritario (CIU-PNV), los que están utilizando el texto constitucional de forma insensata en un intento de arañar votos y de crear una nube de humo para tapar sus problemas internos o de gestión, sin darse cuenta que nada de ello van a conseguir y lo más grave es que lo único que consiguen es crear un clima de crispación y división, que el texto constitucional había conseguido finalizar.
Pero con todo esto no quiero decir que la Constitución no se pueda reformar nunca o que no haya cuestiones mejorables, lo que vengo a decir de forma clara y contundente es que reformar lo que sea necesario y cuando se estime oportuno si, pero con consenso y acuerdo de todos, dejando a un lado cualquier intento irresponsable de reformar por atender las pretensiones de una minoría sin contar con la mayoría.
Los españoles debemos de demostrarle a éstos irresponsables que utilizan nuestra voluntad de forma tan temeraria, que los españoles estamos unidos, con un objetivo común que es trabajar todos juntos por mejorar nuestra nación, España. Porque España, pese a quien le pese, sigue siendo ejemplo de unión constitucional, ya que los españoles somos muy conscientes de que no es momento de alentar la confrontación ni de alentar ideologías. Por ello y siguiendo el hilo conductor que me concede el título del artículo, luz encendida para reformar el texto constitucional cuando los españoles lo estimen necesario y con el máximo consenso, y luz apagada para cualquier reforma interesada y llevada a cabo de forma insensata.
Antonio García Mendoza
… [Trackback]
[…] Read More here on that Topic: las4esquinas.com/luces-encendidas-luces-apagadas-por/ […]
… [Trackback]
[…] Find More on that Topic: las4esquinas.com/luces-encendidas-luces-apagadas-por/ […]
… [Trackback]
[…] Read More on that Topic: las4esquinas.com/luces-encendidas-luces-apagadas-por/ […]
… [Trackback]
[…] Find More here to that Topic: las4esquinas.com/luces-encendidas-luces-apagadas-por/ […]