La Semana Santa ya está aquí, con el pregón del sacerdote antequerano Juan Manuel Ortiz empezó la cuenta atrás para el Domingo de Ramos. La Agrupación de Hermandades y Cofradías eligió la Iglesia de los Remedios para divulgar su palabra, y pocos fueron los bancos que disponían de un hueco.

El pregonero del 2015, Manuel Díaz, fue el encargado de presentar a Ortiz quien lo definió así: “sencillez y humildad”.

Después fue el turno del pregonero que con la iglesia totalmente a oscuras pidió que su público buscase la “luz para caminar en compañía” de Dios. Con la iglesia iluminada de nuevo Ortiz comenzó con la Semana Santa Antequera, explicada según él como “la herencia de la fé de los mayores, que ahora se vive de una forma diferente a como la vivían ellos”.

Partiendo de esas diferencias, Ortiz apostó porque la ciudad potencie “las particularidades” de su Semana de Pasión, uno de esos factores diferenciales son las vegas, forma en la que Antequera le pide el “pan nuestro” al Señor.

Una Semana Santa marcada, como no, por tres olores, tres signos de identidad: “el incienso, la cera y el azahar” que se entremezclan con los acompañamientos musicales.

Sin embargo, no se celebraría esta semana si no fuera por las cofradías que no son más que “escuelas de fé para las nuevas generaciones, que deben incorporar a los más pequeños, pues son la cantera”, aseguró el padre.

Ortiz aprovechó su pregón para hacer un llamamiento: a que se le dé a la mujer “su merecido puesto” en la Iglesia. A su vez pidió “piedad con urgencia para los hermanos” sirios que huyen de su hogar por la guerra. Y por último, también dedicó unas palabras a las acciones ocio-caritativas, aconsejándoles no dejarse llevar por los “me gusta”.

La música del el trío de cuerda de Javier Santiago Fernández, Lidia Colado y Juan Bautista Manzanares fue la encargada de abrir el acto.

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