El antequerano Rafael Torres quiere dar a conocer más este hobby en la ciudad del Torcal, donde no descarta la constitución de un club o asociación
De barcos de época como decoración, a navegables por radiocontrol. Tras más de 20 años como artesano modelista naval autodidacta, el antequerano Rafael Torres decidió pasar de las embarcaciones de vela y los navíos de exposición a volverse una apasionado de los barcos a motor. «Me gustaba mucho tenerlos en casa, pero así no les sacaba provecho. Quería poder navegar con ellos para así disfrutarlos más», cuenta Torres, quien dispone de una colección de barcos, todos hechos a mano por él mismo. «Tengo experiencia, pero todavía me queda mucho por aprender. En su tiempo compraba revistas de barcos que me inspiraron a crear mis propios diseños», recuerda.
En casa cuenta con un trastero que ha destinado íntegramente a su hobby. Actualmente dispone de en torno a diez piezas, tres de ellas totalmente operativas para ‘surcar los mares’ en cualquier momento.
Sobre los barcos radiocontrol
Los barcos radiocontrol constan de un motor eléctrico con o sin escobillas, también conocido como brushless. En este último caso, tienen una gran capacidad de revoluciones y fuerza. Las baterías son de lipo o de ión de litio. Las maquetas se pueden comprar en tiendas especializadas, bien en kit o ya montadas, solo para ponerles la batería. Hay desde catamaranes, F1, veleros, yates, petroleros, remolcadores, barcos de vapor, de guerra, mississippis, etc. «Todo tiempo de navegación que existe actualmente en la vida real lo podemos encontrar en maquetas», asegura Torres, quien destaca la gran diversidad de modelos disponibles.
En cuanto a las dimensiones, de normal suelen ser de escala 1:10 o 1:12, como mucho un metro de largo, aunque ha visto hasta de 4 metros. «En internet tenemos un montón de planos. Se pueden dejar como están, o se pueden modificar, como es mi caso. Si el barco mide 70 centímetros, yo le doy 40 más, por ejemplo», detalla Torres, quien tarda en torno a medio año o un año en construir uno, dependiendo de la dificultad. «Las claves son tener mañana para las manualidades y mucha paciencia», asegura.
Aunque se pueden hacer de plástico, él prefiere montar la base y el esqueleto con chapón, que posteriormente forra para que sea impermeable. «Cada maestrillo tiene su librillo. Si es plástico no hay que hacerle nada», añade el antequerano, que calcula un coste de entre 100 y 250 euros por barco.
Torres se pone a disposición de todo el que quiera comenzar en este mundo. «La navegación de barcos radiocontrol es maravillosa, hay que probarlo sí o sí», insiste.
Difusión
Uno de sus objetivos es poder difundir y dar a conocer más este hobby en la ciudad del Torcal. De hecho, no descarta poder formar en un futuro próximo una asociación o un club en torno a esta actividad, sobre todo a raíz de la gran aceptación que tuvo el primer encuentro de barcos radiocontrol que se celebró recientemente en el Lago de los Patos, donde se reunieron en torno a 30 barcos a escala. «Fue espectacular, vinieron amigos del club de Granada y otros aficionados de Córdoba y Málaga. Aunque faltó algo más de promoción, fueron muchos los curiosos los que se acercaron atraídos por la belleza singularidad de los barcos», comenta.
Es por ello que ya está pensando en organizar un nuevo encuentro en los próximos meses. «La gente está deseando que volvamos a hacerlo, porque los que fueron disfrutaron muchísimo. Además, este lago es perfecto para este tipo de eventos porque se tiene acceso a poner el barco donde uno quiera, no tiene mucha profundidad y está muy limpio», relata.