El falso
documental es un subgénero que me encanta siempre y cuando se haga de una
determinada manera, y Shyamalan lo ha hecho a mi gusto, cosa que no suele
suceder.

Pese a que esta forma de rodar suele ser bastante sucia y caótica,
Shyamalan sabe imprimir en las imágenes su estilo personal, su gran manejo de
la cámara y su indiscutible talento para componer secuencias de una gran
tensión.

Siendo un
falso documental es difícil mantener unas pautas visuales y estilísticas
propias, pero creo que Shyamalan lo consigue en mayor o menor medida.
Obviamente no es un portento visual como puede serlo El Protegido o Señales,
pero en mi opinión sí que hay elementos reconocibles de este director. Para
empezar, y no es poco, al contrario que en el 99% de falsos documentales y
películas de metraje encontrado, aquí la cámara se mueve de forma limpia y en
ningún momento se hace caótica. Siempre vemos claramente lo que ocurre en
pantalla.
A veces cuesta
un poco entrar en la película debido a que es una verdadera montaña rusa de
sensaciones (risas y sustos metidos en una coctelera), pero aún así consigue
crear una atmósfera inquietante durante todo el metraje, incluso en los
momentos más desahogados. Lo único que le puedo achacar es que algunos de sus
sustos sean los típicos de subir el volumen y dar un sobresalto… Algo, en mi
opinión, bastante mediocre. Por suerte no todos los momentos de miedo son así,
ya que hay escenas terroríficas cimentadas sobre la tensión y la atmósfera. Ahí
es donde se ve al Shyamalan que me gusta, el que sabe hacer que se te pongan
los pelos de punta con algo sutil y nimio, sin alardes ni horteradas
artificiosas.
En resumen,
muy recomendable. Me alegra que Shyamalan haya vuelto a la senda correcta…
Ahora solo falta que no la vuelva a abandonar.
TRAILER

https://www.youtube.com/watch?v=2A5Dp4r1PuU

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