De los grandes amigos que tengo, me quedo hoy con uno. Uno que vale la pena tenerlo siempre cerca. Inteligente, amable, servicial, y al que le gusta ser amigo de sus amigos. Yo tuve la suerte de cruzarme en su camino y valió la pena. Juntos hemos vivido muchos años en los cuales siempre ha estado ahí para tenderte una mano. Pero me quedo con los buenos momentos, con aquellos viajes inolvidables. Eso sí, viajes al interior, culturales, educativos y donde la naturaleza nos muestra su esplendor y la historia revive en nuestra cultura. De entre ellos destacaría Cuenca con sus Hoces del Cabriel, Júcar, y Teruel, pequeñita pero intensa. Con su inigualable plaza del torico. Al otro lado Extremadura con Trujillo, Mérida, Cáceres, Placencia y como no el valle del Jerte, el valle del Piornal con sus plantaciones de cerezos próximo a Hervas. También Jarai, Jarandilla de la vera, entre otros. Siguiendo hacia arriba, por la ruta de la plata, en la misma peña de Francia se encuentra La Alberca, lugar encantador por haber sabido mantener su antigua imagen. No quiero extenderme más, pero he de decir que le debo a él como a su esposa María Jesús, mis conocimientos por sus sabias explicaciones y también los gratos momentos vividos con su familia. Va por ti, amigo Fernando Espinosa, por el que te doy las gracias.
Manuel Hidalgo
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