El bozal es una herramienta muy útil para aquellas personas cuyos perros presentan problemas de agresividad, así como por la obligatoriedad de llevarlo para aquellos perros que superen los 20 kilos de peso, así como aquellas razas que contempla la ley, o en su defecto ,aquellas incluidas por comunidades autónomas o ayuntamientos.

¿Qué debemos tener en cuenta cuando compramos un bozal?

Lo primero sería no confundir un bozal con un ronzal, hay una diferencia significativa aunque los dos tienen una parte fijada al cuello y otra al hocico. Pero el ronzal(o dogal) solo sirve para guiar al perro y redirigirlo. Es un elemento de adiestramiento más como lo puede ser el bozal, pero éste tiene la función de que el animal no muerda y pueda hacer daño a animales o personas. Con lo cual, si llevamos un perro potencialmente peligroso con un dogal, y nos parase la policía podría multarnos, ya que no cumplimos con la ley.

Lo segundo es el bienestar de nuestro animal. Es importante que el bozal este asociado a algo positivo, sobre todo si nuestro animal presenta problemas de agresividad. Esto podemos hacerlo habituándolo desde pequeño, asociando paseo con bozal.

Es importante saber que un bozal de nylon básico puede ocasionar a nuestro perro mayor agresividad, y poca ventilación, incapacitando un poco su sentido del olfato y creándole una ansiedad o una frustración. Si a esto sumamos un ambiente rodeado por otros perros, aunque sean pequeños “dominantes”, se le creará una mayor agresividad.

Un buen bozal debe estar hecho a medida de nuestro animal, dejar una buena ventilación y salivación, así como no rozar la trufa de nuestro perro, ya que es una parte muy sensible y eso supondría una incomodidad para nuestro animal. Debería tener un protector de cuero, en la parte más alta y ancha del hocico, a fin de no hacer rozaduras o daño alguno. Todos estos factores harán que nuestro animal este mucho más cómodo si tiene que pasar largos periodos con el bozal puesto.

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