El año nuevo ha traído el mejor regalo que podían esperar los dirigentes de nuestro país. Tanto el presidente de la nación, como los distintos gobernantes comunitarios han visto «llover café» como decía Juan Luis Guerra en su canción.
La falta de acuerdo de los países árabes y Venezuela ha ocasionado una bajada brutal en el barril de petróleo, que en la actualidad llega casi a la mitad de lo que valía hace sólo unos meses. Este hecho hace que España se ahorre entre quince o veinte mil millones de euros en combustible en el presente año. Por tanto es como si eso, como si «hubiera llovido café». Imagino a los que están llenando las arcas del reino con una sonrisa de oreja a oreja, felices como los chiquillos que esperan un pequeño regalo de reyes, por lo de la crisis, y se encuentran con unas vacaciones en Eurodisney. Ahora toca esperar que los que se han encontrado ese gran regalo sepan administrarlo para dar la remontada que todos esperamos y que lo utilicen para dar una nueva ilusión a los españoles.

Han sido demasiados los derechos que han perdido los ciudadanos de a pie en los últimos tiempos. Han visto como perdían trabajo, vivienda, alimentación digna, sanidad o educación. Ahora tienen en su mano hacer realidad lo que prometían en sus campañas electorales y encima sin romperse mucho la cabeza, sólo dando un buen destino a ese montón de fajos. Da igual cual sea la ideología política. Lleguen a un consenso y piensen sólo en los votantes que un día les dieron su apoyo esperando que los sacaran del pozo donde estamos.

Sería maravilloso ver como bajan las listas del paro, que nuestros escolares tuvieran todas las prestaciones necesarias para su mejor educación, que los hospitales volvieran a contratar más personal especializado y terminaran las largas listas de espera, que nuestros jóvenes universitarios pudieran disfrutar de buenas becas y, ¿por qué no?, que los muchos pensionistas que no llegan a fin de mes tuvieran una subida real en su pensión, no ese ridículo 0,25 que nos avergüenza.

Araceli Ruiz

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