Todo un encanto, hay que ver como me gusta la feria, con sus luces de colores, con esa música y ese baile, con una copilla de vino y un plato de arroz, ‘ozú’ como me gusta la feria.
Me ha sabido a poco, sobre todo si vas acompañado de 4 hijos, la señora y la suegra. Ejemplo: salimos a las 5 de la tarde, el sol aprieta, semáforo, cruzamos, 2 hijos de la mano, mi señora otros 2 y a lo lejos mi suegra dando cojetadas y la cara colorada. Venga Luisito, vamos Pablito, Pedrito cojete de la mano de tu madre, venga, anda, corre, despacio, deprisa, aligérate, cruzamos. Después de un largo rato, con 7 ojos y el sudor por las espaldas, llegamos a la feria. «Papá agua», espera que acabamos de llegar, «Papá pis», ve con mamá que sólo está pendiente de su madre.
Seis de la tarde, 38 º de calor, «Pepe monta a los niños en los cochecitos», como no tenemos a nadie que nos lo diga tú aprieta también -dije para mi-. Tres o cuatro vueltas después, «niños, ¿pero es que no es cansáis?». «Pápá allí, allí también», venga ese viaje, venga ese otro y otro, hasta que echo mano al dinero que quedaba y sólo me quedaban 20 euros. Me dije, ya ha salido la gente de los toros y nosotros sin tomar nada. ‘Ozú’ que calor. «Papá, una cocacola, yo también y yo». No, ahora vamos a descansar un rato, para que nos dé el aire. Diez de la noche, ahora que vamos a comer, menos mal que eché algo más para los imprevistos, a no ser que la abuela se como una hamburguesa en donde la Mari. Cenamos y a las diez y media de vuelta me dice mi señora: «Mañana otra vez». Eso, eso, le dije, pero mañana vamos a la feria de día y pagas tú.