En mi trozo gris de aquel cielo cargado de nubes negras vi que las palabras volcaban pensamientos insondables. Ahora resulta que “podemos”. ¡Cuan gritan esos malditos, como dijera por aquellos entonces Don Juan Tenorio! Estos mismos que llevan en sus venas la escuela de un tal Sánchez Gordillo pretenden ahora vender humo cuando la marea resulta movida en un océano donde hasta los mismos peces ya no saben ni nadar. Pretenden estos basureros de la palabra camelar al universo mundo con una nueva falacia que junte de una vez por toda la maltrecha línea de flotación socialista. Gente cortita de escrúpulos que le da igual decir, ojo al dato, que un tiro en la nuca, de vez en cuando, es necesaria. ¡Estos son los del podemos! En aquel camino de palabra sin obras trazaron una línea envenenada con la astucia del que miente, ¿podemos entrar? Desde luego que en esta España nuestra, que se resquebraja como un trozo de madera comida por termitas, cada vez hay más que se apuntan al carro de la nueva movida de coleta y extremismo barato. Y allí estaban detrás los palmeros con el puño en alto siguiéndole la corriente a un tal Iglesias. No, no es Julio, no. El odio y el rencor siembran lo mismo y se ve que estos lo llevan en la sangre, como otros tantos “podemos” antisistema que se camuflan detrás de pancartas para pedir paz y justicia y después son los mismos que aplauden a la ETA por ejemplo o entran a saco en un supermercado arramblando con todo lo que les viene en gana, sin pasar por caja, por supuesto. Esto es lo que tiene nuestro país, una incesante mezcla de Rock and Roll extremista sin pies ni cabeza intentado meter el cuello allí donde, los que están, dictan las pautas que el resto de los españoles debemos cumplir. En esta vorágine de chapuceros, trileros, embaucadores, ladrones, brujas y aquelarres políticos, el más pintado llega y se compra un puesto a golpe de embustes y así labrarse un porvenir más que suculento. Sólo les digo una cosa, el día que nuestra nación deje de ser lo que es, el estercolero de Europa, entonces empezaremos a estar nuevamente en el buen camino. Aquí ya está todo inventado, lo que sobran son mangantes y chorizos, lo que falta son profesionales, ingenieros del saber que cumplan una mínima preparación para sentar las bases en está sociedad que zozobra como la proa del Titanic. Ojala llegue el día en que nunca tengamos que volver a preocuparnos porque un puñado de inadaptados pandilleros jugando a ser políticos utilicen las urnas para cargarse lo poco que queda de honradez en España, si es que queda alguna…Y ahora que vengan los listos de turno a decirme lo contario… He dicho…
Por José Pedro Alarcón González.

1 Comentario